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El primer destacado cineasta de Cuba

El cine ha sido utilizado, desde sus orígenes, como un medio eficaz para promover concepciones e ideologías provenientes de las más diversas fuentes. Sin lugar a dudas, el público siempre se ha mostrado atraído por este mundo mágico en el que héroes, villanos, aventureros y galanes cobran vida a través del celuloide y su cineasta de Cuba.



Como es sabido, sus orígenes se remontan a 1895, año en que los hermanos Lumière dieron a conocer la magnífica invención del cinematógrafo.

A un grupo de espectadores que, atónitos, se convirtieron en los primeros amantes de esta revolucionaria invención.

Solo dos años más tarde, en enero de 1897, este aparato tocó las puertas de La Habana.

Quizás para muchos era otra creación destinada a permanecer en el olvido, como tantos de los efímeros inventos que se han sucedido a lo largo de la historia.

Lo que seguramente nadie se imaginó fue que, décadas después, Cuba utilizaría al cine como un medio de expresar un cúmulo de sentimientos de diversa naturaleza.

Que dispersarían la cultura del país en todas las latitudes del globo, a través del cine y de su cineasta de Cuba.

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El cine ha sido utilizado, desde sus orígenes, como un medio eficaz para promover concepciones e ideologías provenientes de las más diversas fuentes. FUENTE: despiertafuturo.com

El primer rodaje que se produjo en Cuba, tuvo lugar el 7 de febrero de ese mismo año, llevando como título “Simulacro de Incendio”.

Como la mayoría de las producciones de esa época, este filme era de corte documental, pues exponía las maniobras de los bomberos de La Habana.

Su creador fue el francés Gabriel Veyre, la misma persona que, un mes antes, había hecho llegar el cinematógrafo desde México.

La primera película rodada por un cubano llevó como título “El brujo desaparecido”.

Fue filmada en 1898, bajo la autoría de José E. Casasús, y su propósito consistía en realizarle publicidad a un local productor de cerveza.

Sin embargo, el cubano que ostentó el título de primer cineasta de Cuba fue Enrique Díaz Quezada.

Quien desarrolló una amplia labor durante toda su vida en pos de la producción de documentales y largometrajes que reflejasen la identidad nacional.

Dos de sus películas más destacadas fueron “El Capitán Mambí” y “El rescate del brigadier Sanguily”, ambas representantes de sucesos de corte histórico.

Enrique Diaz Quezada. FUENTE: Emisora Habana Radio

Igualmente, se le reconoce el mérito de haber sido el primero en producir cine que reflejase temas religiosos.

Ejemplo de ello es “En poder de los ñáñigos”, filme de carácter policíaco en el que los villanos eran pertenecientes a la religión abakuá.

La primera película sonora que se estrenó en la Isla fue “The patriot”, de Ernst Lubitsch. 

Evidentemente, el lenguaje del filme era el inglés, lo que suscitó una preocupación respecto a la creación de cine en español.

Ello conllevó a que se realizase en el país el primer largometraje no silente, que llevó como título “La serpiente roja”.

Solo en los tres primeros meses de exhibición.

Este largometraje logró recaudar un monto de 50 mil pesos, cifra bastante elevada, en aquel momento, para una producción cinematográfica.

Antes de 1959, se habían creado en Cuba un total de 80 películas.

En esta década, es necesario remarcar la labor de destacados directores como Tomás Gutiérrez Alea (Titón) y Alfredo Guevara.

A partir de ese año, el cine cubano se enfocó en revelar las transformaciones y contradicciones en las que estaba inmerso el país.

Ejemplo de ello es Lucía, de Humberto Solás, en la que la tercera historia muestra el fomento que se estaba efectuando hacia el desarrollo agrario.

Así como el proceso de alfabetización llevado a cabo en todo el archipiélago.

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La primera película sonora que se estrenó en la Isla fue “The patriot”, de Ernst Lubitsch. FUENTE: aliexpress.com

A partir de ese momento de ruptura se instituye un cine que, además de mostrar los cambios que se estaban acaeciendo, sirvió como una fuerte crítica hacia las nuevas ideologías erigidas en Cuba.

Muchos afirman que la dirección que este arte tomó durante las décadas posteriores a este momento histórico.

Y que llega hasta la actualidad, permitió forjar un sentimiento de cubanía que, pese de las controversias que este llevaba consigo.

Logró que las producciones de nuestra Isla fuesen reconocidas en las más importantes plataformas internacionales, llegando a ser acreedoras de significativos premios.

Sin embargo, no podemos olvidar la labor de hombres tan excepcionales como el ya mencionado Enrique Díaz Quesada, el primer director y cineasta de Cuba quien forjó en su vientre.

Si bien fue remarcable la tarea emprendida por directores como Titón, Humberto Solás y Nicolás Guillén Landrián.

Es necesario perpetuar en nuestra historia y conocimiento cinematográfico.

Los esfuerzos que se desarrollaron por dar a conocer la cultura, costumbres e identidad cubana al público de todo el orbe.

Incluso antes de que el sonido fuese llevado a la pantalla grande.

Escrito por | Redacción TodoCuba

Fuente: Talía Jiménez Romero

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