
4 esculturas casi desconocidas en La Habana (+ Fotos)
jueves, 17 de octubre de 2019
La Habana está llena de esculturas, las encuentras por doquier. Están elaboradas con una gran variedad de materiales, donde no falta ni el bronce ni el mármol. Con ellas, la ciudad se convierte en un museo al aire libre. Con los años, las estatuas, bustos y monumentos se han ido multiplicando por las calles de La Habana Vieja y en otros espacios públicos por toda la ciudad, integrándose de manera armoniosa en el paisaje urbano de la capital.
Cecilia Valdés, su autor y sus esculturas en La Habana Vieja
Aunque es un personaje de ficción, Cecilia Valdés tiene su propia escultura en La Habana. La estatua de Cecilia aumenta con su encanto el ornato de esta ciudad con medio milenio de historia. Cecilia Valdés o La Loma del Ángel es una novela costumbrista del escritor Cirilo Villaverde, y esta estatua de Cecilia representa a la mulata protagonista de la historia. La pieza se ubica frente a la iglesia del Santo Ángel Custodio, en la Plazuela del Ángel de la Habana Vieja, que es justamente el lugar donde el autor ubicó muchas escenas de su obra literaria.
Los vecinos la llaman con cariño «la Cecilia». Frente a ella, se encuentra el busto que recuerda a Villaverde, colocado allí en 1946. La Cecilia parece estar saliendo de la iglesia neogótica, lugar de visita obligado por haber sido allí donde José Martí, la bailarina Alicia Alonso, el poeta Julián del Casal y el padre Félix Varela, entre muchos cubanos ilustres, recibieron las aguas bautismales.

El escultor Erig Rebull se inspiró en su esposa para dar forma a Cecilia. El personaje de Villaverde representa un símbolo de la mujer cubana en el siglo XIX.
Desde que se instaló, la escultura ha sufrido por el vandalismo y la indolencia de algunos turistas y conductores que pasan por la zona. Incluso tuvo que ser restaurada por el propio Rebull cuando perdió el abanico que porta en su mano derecha. También fue necesario desplazarla de su ubicación original y ubicarla cerca de la acera de la iglesia para protegerla del tráfico automotor.
La pluma de José Martí
En el patio de la casa natal de José Martí en La Habana una escultura de 6 metros de altura evoca la pluma, instrumento con el que el Apóstol creó su obra literaria e impulsó su lucha por la independencia cubana.
Para el autor de la pieza, Erig Rebull, la pequeña pluma de Martí se agiganta en la escultura recordando la grandeza de la obra del poeta y de su vida. Para el escultor, su pieza busca “dignificar la principal herramienta que utilizó el apóstol para sus escritos”. Un detalle interesante es que el lado izquierdo de la obra reproduce la firma de Martí.

El Quijote de su tiempo
Erig Rebull es de nuevo el autor de la escultura “Quijote”, ubicada en el patio de la Casa del Alba Cultural en El Vedado. Es un concepto vanguardista del personaje cervantino, donde la figura se construye a partir de las letras de la palabra QUIJOTE.
Este Quijote de Rebull no lucha contra molinos de viento, pero combate por «la preservación del idioma español y del imaginario ético y estético de la vida”. La inspiración de esta pieza está entonces en el amor por nuestro castellano y en el deseo de homenajear a Miguel de Cervantes y su principal personaje.
La monumental obra de cuatro metros de altura nos recuerda las raíces de nuestra cultura. La literatura renacentista y el arte contemporáneo se unen en esta, una de las mas recientes esculturas en La Habana.

La máquina de escribir, la vanguardia en las esculturas de La Habana
Erig Rebull ha instalado varias de sus esculturas en La Habana. De nuevo, se inspira en un instrumento, como recordatorio de la potencialidad del hombre para la creación: en la entrada de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana ha colocado una gran máquina de escribir. Esta obra recuerda el poder de las tecnologías modernas que hacen uso del lenguaje.
Esta escultura es a la vez sencilla, pero posee una gran fuerza comunicativa al distorsionar la ubicación de las letras en el teclado. La pieza, que recuerda un juego de letras, permite al espectador construir palabras que se relacionan con las carreras que se estudian en la Facultad. Para Rebull «el verdadero valor artístico de esta obra consiste en el aporte que brindaron los estudiantes, dejando en cada letra un pedazo de ellos”.

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Escrito por | Redacción TodoCuba
Fuente: Archivo TodoCuba
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