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Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba, el museo peregrino (+ Fotos)

El Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba bien merecería el calificativo de “museo peregrino”, pues a lo largo de su existencia ha pasado por varios inmuebles y sedes temporales antes de recalar en el Palacio de los Asturianos que guarda la colección internacional y su bello edificio de la manzana de las calles Zulueta, Colón, Monserrate y Trocadero.



Se fundó oficialmente el museo el 23 de febrero de 1913 por un decreto presidencial pero su inauguración no ocurrió hasta poco más de un mes después el 28 de abril y su primera sede fue el antiguo edificio del frontón jai alai en la intersección de las calles Concordia y Lucena.

Museo de Bellas Artes_inauguración – Inauguración del Museo Nacional de Bellas Artes en el antiguo frontón de Concordia y Lucena

La idea de crear un museo nacional de bellas artes fue lanzada a la opinión pública por el arquitecto cubano Emilio Heredia, descendiente del Cantor del Niágara José María Heredia, en el periódico La Discusión.

El reclamo resultó efectivo y Heredia comenzó a recibir numerosas obras de coleccionistas privados, instituciones y artistas de prestigio.

Entre las donaciones más importantes que recibió el fundador del Museo Nacional de Bellas Artes se contaba la procedente de la Academia de San Alejandro que incluía lienzos de importantes pintores europeos.

En 1917 el museo tuvo que abandonar el Frontón ante el reclamo del Ayuntamiento de La Habana y se trasladó para la Quinta de Toca en la avenida de Carlos III. Esta nueva sede era mucho más adecuada para la institución cultural, pero demandaba muchos arreglos, por lo que permaneció cerrada hasta finales de ese año, intervalo en el que falleció su fundador Emilio Heredia.

Quinta de Toca_Museo de Bellas Artes - La Quinta de Toca en Carlos III fue la segunda sede del Museo Nacional de Bellas Artes
Quinta de Toca_Museo de Bellas Artes – La Quinta de Toca en Carlos III fue la segunda sede del Museo Nacional de Bellas Artes

A la muerte de éste asumió la dirección del Museo Nacional de Bellas Artes, Antonio Rodríguez Morey, prestigioso artista que se consagró en lograr poner en servicio la institución, lo que finalmente logró el 20 de mayo de 1919.

Museo peregrino

Mas, el estado cubano no parecía dar mucha importancia al museo. En 1923 decidió vender la Quinta Toca a la orden de los Hermanos Lasalle y alertó a Morey que si se negaba a abandonar la quinta las obras serían retenidas en Columbia, sede del poder castrense.

Puesto entre la espada y la pared Morey tomó una difícil decisión: repartir las piezas entre los trabajadores del museo para su salvaguarda y conservación.

Ante el escándalo el Gobierno decidió gestionar otro edificio para el Museo Nacional de Bellas Artes y de esa forma la institución fue a dar a la casona de Aguiar 108, donde los Hermanos Lasalle tenían una escuela.

Aguiar_108_Museo de Bellas Artes - Casona de Aguiar 108 tercera sede del Museo Nacional de Bellas Artes
Aguiar_108_Museo de Bellas Artes – Casona de Aguiar 108 tercera sede del Museo Nacional de Bellas Artes

El edificio no reunía las condiciones mínimas para el funcionamiento del museo y la exposición de las piezas; pero como no tenía ninguna otra alternativa Morey se vio obligado a trasladar allí todo el museo y hacinar las muestras unas sobre otras.

A pesar de las dificultades en menos de un año el esforzado director logró reabrir el museo con trece salas de exposición. Sólo el tesón de Antonio Rodríguez Morey logró que el Museo Nacional de Bellas Artes no se desvaneciera en la desidia.

En 1925 el Gobierno accedió a construir una sede adecuada para el Museo Nacional de Bellas Artes en los terrenos del antiguo Mercado de Colón en la manzana que conformaban las calles Zulueta, Colón, Monserrate y Trocadero.

Esta decisión resultó muy controversial por los valores patrimoniales del Mercado de Colón. El primer Historiador de La Habana Emilio Roig de Leuchsenring se referiría con tristeza a los acontecimientos que rodearon la construcción del Museo Nacional de Bellas Artes:

«La concesión del Mercado fue otorgada por el Ayuntamiento a Tabernilla y Sobrino, por veinticinco años, después de lo cual sería propiedad del Municipio de La Habana. El Mercado de Colón  contaba con más de 200 establecimientos de toda índole, y en sus pisos superiores vivían 500 inquilinos cuando el Ministerio de Sanidad ordenó definitivamente su clausura en 1947. Y el edificio, que podía haber sido rescatado, por sus valores de permanente belleza y de tipicismo, sufrió una tristísima suerte. Se decidió emplear aquel terreno para construir un Palacio de Bellas Artes y primeramente se decidió utilizar los hermosísimos exteriores de la construcción primitiva, y se comenzó su restauración, por el arquitecto Evelio Govantes, debido a la cual ya se había construido, por el costado que da frente al Parque Alfredo Zayas, una muy bella portada; pero los funcionarios encargados de la creación del futuro Palacio y Museo de Bellas Artes decidieron, al cabo, preparar para esta institución un edificio totalmente moderno y funcional, y así fue demolido uno de los mejores ejemplares de la arquitectura civil del período neoclásico».

Finalmente el museo quedaría inaugurado en 1955 como Palacio de Bellas Artes.

En la actualidad se atesoran en él las colecciones cubanas del Museo Nacional de Bellas Artes que también posee otro fantástico inmueble en el Palacio de los Asturianos, frente al Parque Central, donde se exhiben las colecciones internacionales.

El museo cuenta además con el edificio del antiguo Cuarte de Caballería en Empedrado y Monserrate que funciona como área administrativa y de almacenaje.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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