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La Tremenda Corte, el programa humorístico radial más famoso de Cuba en Latinoamérica

“¡El tremendo juez, de la tremenda corte, va a resolver un tremendo caso…!”

Así comenzaba, noche a noche, uno de los programas cómicos de la radio cubana de más éxito en la historia de la radiodifusión latinoamericana. El programa comenzó a transmitirse en 1942, primero a través de la RHC Cadena Azul y posteriormente a través de CMQ Radio, desde la que estuvo saliendo al aire hasta 1961. En esos años, a pesar de ser un programa dirigido a la audiencia cubana, contaba con una nutrida cantidad de oyentes más allá de sus fronteras. Se escuchaba en el Caribe, en Centroamérica y en parte de México. Los programas se transmitían en ese entonces tres veces por semana de lunes a viernes a las 8:30 PM y eran patrocinados por una firma de productos de perfumería y jabones.



Algunos de sus principales actores, como Leopoldo Fernández (José Candelario Tres Patines), Aníbal de Mar (El Tremendo Juez), Mimí Cal (Luz María Nananina), Miguel Angel Herrera (El Secretario) y Wilfredo Fernández (Perico Jovellanos y Campoflorido) marcharon al exilio, en los primeros años de la revolución cubana, por lo que la trasmisión radial cesó; otros como Adolfo Otero (Rudecindo Caldeiro y Escobiña), Julito Díaz (en ocasiones reemplazaba al Secretario), y Erdwin Fernández, que interpretaba a Simplicio Bobadilla y Comejaibas, murieron en Cuba; los dos primeros en 1958, y el tercero, en 1967. De aquel grupo de actores, el último en fallecer fue Reynaldo Miravalles, quien en el papel de Leoncio Garrotín y Rompecocos, aparecía frecuentemente en el programa.

La Tremenda Corte nació como un programa de radio que contaba con un formato muy sencillo, en donde todo giraba en torno a un juzgado y planteaba situaciones en que José Candelario Tres Patines había hecho víctima a Rudecindo o a Nananina de alguno de sus robos, engaños o pillerías, y éstos a su vez, lo llevan acusado ante el señor Juez de la corte correccional.

Durante cerca de veinte minutos se iba desarrollando la acusación y la exposición de los hechos por parte de los acusadores. Los temas cotidianos trataban sobre malentendidos que el propio Tres Patines provoca haciendo juegos de palabras, tergiversando siempre para su provecho el doble significado que algunas frases pudieran tener.

Al final del juicio, Tres Patines siempre era encontrado culpable e importaba poco los argumentos que el mismo pronunciaba para defenderse. El veredicto del señor Juez casi siempre obligaba al sinvergüenza de Tres Patines a purgar una condena en días o pagar una indemnización monetaria.

Gracias a este sencillo argumento el oyente de este programa radiofónico se queda enganchado escuchando las innumerables explicaciones que da Tres Patines para justificar su falta.

Mucho del humor que se origina en La Tremenda Corte proviene de varias fuentes, como por ejemplo los complicados enredos lingüísticos que provoca Tres Patines (el personaje principal), también por la interpretación a conveniencia que hace el propio Tres Patines de las palabras, y finalmente por extrañas situaciones que se describen, algunas de las cuales generalmente rozan en el plano fantástico (irreal), así pues puede darse una situación de la vida común que luego se entremezcla con algo absurdo, sin previo aviso y sin que parezca raro. La Tremenda Corte representa al típico y tradicional humor cubano, en una etapa en que florecía un humor mucho más intelectual.

Se estima que poco más 300 grabaciones se pudieron sacar de Cuba y muchas de ellas datan del año 1958. Hasta la fecha gran parte de esas grabaciones todavía se escuchan por la radio en toda Latinoamérica, y se cree que hay algunos episodios que nunca han salido de la isla y por ende, se conoce poco o nada de ellos. De todos esos programas radiofónicos que se grabaron en la estación CMQ de La Habana, entre 1947 y 1961, nadie sabe con exactitud cuántos aún perviven.

Sin llegar a exagerar, este ha sido uno de los programas de radio más ampliamente escuchados de los últimos años en muchos países de América. Es considerado por muchos conocedores en la materia, como la mejor comedia radiofónica producida en Latinoamérica para aquella época, y tanto ha sido su éxito, que incluso hoy en día sigue transmitiéndose en diversas emisoras de radio. Obviamente con el pasar de los años, el volumen de audiencia que hoy disfruta de programa ya no es tan numeroso como antes ni tan joven e identificado con el pasado como lo fue tiempo atrás.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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