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Una rivalidad entre hermanos marcó la historia de Trinidad
Schwarzenfelder / Wikimed

Una disputa entre dos hermanos marcó la historia de Trinidad

A las afueras de la ciudad de Trinidad se encuentra el gran Valle de los Ingenios, una extensa planicie de forma triangular que abarca alrededor de 250 kilómetros cuadrados. Este hermoso lugar, declarado Patrimonio de la Humanidad, ha sido escenario de historias y leyendas, entre ellas la de una singular disputa entre hermanos.



En el interior de este valle se conserva una serie de edificaciones que datan de tiempos de la colonia. Posee alrededor de 65 sitios arqueológicos, que incluyen 13 casas haciendas. Algunas de estas construcciones cuentan aún con sus calderas, torres, sistemas industriales de la época y vestigios propios de la producción azucarera de los siglos XVIII y XIX. Entre los antiguos ingenios podemos encontrar: San Isidro de los Destiladeros, Guáimaro, Buena Vista y Manaca Iznaga. Este último está ubicado al norte de la carretera que une a las ciudades de Trinidad y Sancti Spíritus.

Una disputa entre hermanos por el amor de una joven

Cuenta una leyenda que la torre de Manaca-Iznaga surge con motivo de la disputa entre los hermanos Pedro y Alejo Iznaga, ricos hacendados dueños de plantaciones de azúcar.

Los hermanos se enamoraron de la misma joven y decidieron jugarse su amor mediante la construcción de una, obra cuya magnitud definiría al victorioso. Alejo levantó una torre vigía de 45 metros de altura, mientras que Pedro perforó un pozo de 28 metros de profundidad, que aún ahora utilizan los pobladores del valle. 

Una mujer desató la rivalidad entre hermanos
El amor por una mujer desató la disputa entre los hermanos. Fuente: Collage TodoCuba.

Una estructura notable

La torre fue proyectada como una sólida estructura de siete niveles, con distintas formas geométricas que van desde el cuadrado en la base hasta el octágono en lo más alto. Posee arcos espaciosos y una escalera interna la recorre en toda su altura. Construida con ladrillos de barro cocido y un mortero tradicional de cal y arena, unida a la ingeniosidad de sus fabricantes, la torre está dotada de una envidiable resistencia. Su diseño permite la circulación de los vientos en su interior, lo que la hace imbatible al impacto frontal de los mismos.

La esbelta edificación, un notable ejemplo de arquitectura colonial cubana, fue declarada Monumento Nacional en 1978.

Ahora, con el paso de los años, se ha inclinado un poco. Por ello se ha ganado el apodo de la «Torre de Pisa cubana». Es uno de los muchos atractivos que ofrece Trinidad a sus miles de visitantes, tanto cubanos como extranjeros, que van en busca del conocimiento histórico y la arquitectura de una época que llegó, con todo su esplendor, hasta nuestros días.

Escrito por | Redacción TodoCuba

Fuente: EcuRed / Archivo TodoCuba

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