Marita Lorenz, la Mata Hari del Caribe que iba a asesinar a Fidel Castro
lunes, 7 de diciembre de 2020
La historia de Mata Hari se ha repetido con sus variantes en varios paises, y Cuba no fue la excepción. En este caso se trató de Marita Lorenz, una joven espía quien tuvo en sus manos, la posibilidad de acabar con la vida de Fidel Castro. Pero se detuvo porque su amor por él fue más grande que su misión.
Protagonista de una vida donde es difícil separar la realidad de sus relatos, su historia ha inspirado libros y películas. La Revista Vanity Fair la describió en 1993 como «la Santa Patrona de los amantes de las teorías de conspiración».
La novelesca vida de Marita Lorenz
Hija de una actriz americana y un capitán alemán, Lorenz y su madre estuvieron prisioneras en el campo de Bergen-Belsen, el mismo en el que falleció Ana Frank. Luego de la guerra, un sargento estadounidense la violó. Era una niña de apenas seis años. Después de esto los Lorenz se mudaron a los Estados Unidos.
Su padre comandó el crucero Berlín, que en 1959 estuvo de visita en Cuba. A bordo iba Marita y allí conoció a Fidel, ella tenía apenas 19 años y el 33. Se convirtió en amante de Castro y al poco tiempo quedó embarazada. En su biografía cuenta que fué secuestrada y drogada, y le dijeron que abortó. Décadas después se enteró que el niño no murió, se llamaba Andrés y llegó a ser pediatra en Cuba.
A principios de la década de los 60, a la “Mata Hari del Caribe” le entregaron unas pastillas mortíferas, que colocó cuidadosamente en el fondo un envase de crema rejuvenecedora. El destinatario el recién posicionado Jefe de Estado cubano.
En una entrevista que ofreció al diario El País 50 años más tarde, la mismísima Mata Hari del Caribe explicó que: “me sentía incapaz de llevar a cabo la misión que me habían encomendado. No iba a matar a Fidel, no fallé, como otros cientos que lo intentaron después. Sencillamente, fui incapaz y no me arrepiento”.
¿Que detuvo a la Mata Hari del Caribe?
El momento decisivo que hizo a Marita desistir de sus planes de magnicidio, fue cuando se encontraba en una habitación del hotel Habana Libre, la cual solía compartir con Fidel. Ella abrió el frasco de crema y para su asombro todas las pastillas se habían desintegrado. El veneno con el que debía asesinar a Castro estaba convertido en una masa pastosa en el fondo del envase.
Esta fue la señal definitiva para ella, quien dudaba de sus planes por su relación personal con el líder revolucionario. Este momento crucial no sólo cambió el rumbo de su vida. También cambió el destino del mismo Fidel, la historia de Cuba y tal vez la de algunas otras naciones.
Existe otra versión sobre este intento de magnicidio, en la que se afirma que eventualmente, el mismo Fidel Castro llegó a enterarse de las intenciones de Marita, por lo que le entregó su arma personal a la Mata Hari del Caribe y le dijo: «pues haz lo que viniste a hacer, mátame«. Lorenz, sin dudarlo, le respondió desde el fondo de su corazón: «no puedo«.
Las aventuras de Marita no terminaron entonces. Tuvo una hija con el dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez, abandonada en una tribu de indígenas yanomami con solo 14 meses. También dice haber sido testigo del complot para asesinar a John F. Kennedy, pero esta es otra historia. Marita Lorenz murió en agosto de 2019, por causa de un paro pardíaco.
Si te gustó ¡Compártelo!
Escrito por | Redacción TodoCuba
Fuente: Semana / Archivo TodoCuba
Patrocinado por: CubitaNOW - Noticias de Cuba