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La antigua Casa de Mateo Pedroso, hoy Palacio de la Artesanía

Palacio de Mateo Pedroso: Maravilla del Barroco en Cuba

El Palacio de Mateo Pedroso es una de las maravillas del arte barroco en Cuba y una de las mansiones más antiguas que se conservan en el centro histórico de La Habana.



En 1938 fue objeto de una restauración por el arquitecto Joaquín Weiss, quien no pudo realizarla con todo el rigor requerido, pues su propietaria y patrocinadora de la obra, María Teresa de Rojas, tenía el interés de convertirlo en un edificio de oficinas.

Un aspecto muy interesante del edificio fue señalado por el Historiador de La Habana, Emilio Roig de Leuchsenring en el segundo tomo de La Habana, apuntes históricos cuando escribió:

“Su primera planta es toda de sillería, contrastándose que, para su construcción su construcción se emplearon piedras de la misma clase y origen que las que se habían usado para erigir el Castillo de San Carlos de La Cabaña” y agrega que, “(…) por su rango histórico y por su rango arquitectónico, merece ser cuidada como una de nuestras más bellas reliquias”.

Uno de los patios interiores de la casa de Mateo Pedroso

La portada del edificio es característica de la primera fase del barroco en Cuba. Los muros están construidos con piedra caliza conchífera, extraída de los arrecifes del litoral en forma de mamposto de piedras rústicas, con cantos unidos por medio de ripios y mortero, lo cual le otorga su textura agreste. Sus muros son de un espesor considerable y alcanzan los 80 centímetros.

El portón es majestuoso, con enormes clavos de bronce y un curioso aldabón, también de bronce, con una cabeza de león en altorrelieve, un tanto figurada, y cuyo aro termina en un medallón con una cabecita antropomorfa, de estilo pompeyano.

La balconadura del primer piso es frontal a base de balaústres de madera torneada, típicamente del siglo XVIII, con influencia mudéjar, pintada en azul, lo que establece un vivo contraste con la blancura de sus muros, y las tejas rojas que forman su techumbre exterior. El balcón es uno de los más amplios de la ciudad intramuros y posee una longitud de 32 metros. Este balcón es uno de los elementos arquitectónicos más significativos de esta edificación  pues, junto a la portada, permite establecer un paralelismo entre el aspecto de esta mansión y el Palacio de la Inquisición en Cartagena, Colombia.

Son muchos los detalles que pueden llamar la atención del visitante del Palacio: Al entrar al zaguán y mirar hacia la izquierda se encuentra un gran vano con un arco que da paso a una de las cuatro ramas de la monumental escalera, con peldaños de mármol  y una baranda de caoba, con su hornacina y balaustres torneados, frete a cuya caja se encuentra el más hermoso óculo u ojo de buey de nuestra ciudad, con un diseño geométrico de su vidriería embotellada en madera en rojo, amarillo, verde y blanco, que refulge cuando los rayos del Sol se refractan en él y esparcen una suave luminosidad en el claroscuro de la casa.

Muy atractivo es también el zócalo de azulejos, a base de figuraciones geométricas y florales engamadas en azul con fondo blanco, que adorna el zaguán y los muros que se encuentran junto a las escaleras.

El patio claustral, de eje longitudinal, es muy amplio, rodeado de cuatro galerías con amplias arcadas sostenidas por columnas de orden dórico, con un artístico brocal de pozo sobre el aljibe primitivo de la casa original.

La Casa de Mateo Pedroso a principios del siglo XX

Una verja con rosetones al relieve y un trabajo de forja más enrevesado que el herraje del brocal es de un barroquismo de magnífico diseño y, tras este encaje de metal, se vislumbra otro patio más pequeño, de eje transversal que tiene simples balcones colgadizos y estuvo destinado a los coches y servicios. Contribuye a su encanto la fuente con figura de mascarón tallada en piedra.

En su ubicación privilegiada frente al mar, este palacio es uno de los típicos exponentes de la primera etapa de ese estilo barroco que imperó en el siglo XVIII y dejó su sello monumental en La Habana.

Entre las personalidades que a lo largo de sus siglos de existencia pernoctaron entre sus paredes merece especial mención Mercedes Santa Cruz y Montalvo, la famosa Condesa de Merlín; quien en su obra hizo referencia a la visita que realizara al palacio. Desde entonces el inmueble tuvo varios dueños y fines hasta que pasó a la propiedad del Estado cubano.

En la actualidad el inmueble está ocupado por el Palacio de la Artesanía, un centro un centro de recreación que dedica sus espacios a la comercialización de tabaco, ron, café, souvenirs, confecciones, perfumes, instrumentos musicales, joyas, ropas, entre otros. En su patio interior se presentan agrupaciones de pequeño formato que amenizan la estancia de los turistas que lo visitan. En el portal tripAdvisor se le otorga al establecimiento tres estrellas y media sobre cinco.

 

 

 

Escrito por | Redacción TodoCuba

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