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Descubre todo sobre Pancho, el pelícano mascota que recorre las calles de La Habana

Cuentan los vecinos que a Pancho lo encontraron en el Malecón, sin ganas de comer y sin plumaje, cerca de fallecer, pero ahora, lejos del paraíso que representan las playas y los aires de la costa, Pancho se ha convertido en uno más de la comunidad, los vecinos lo llaman por su nombre y todos los vendedores de periódicos lo saludan al amanecer.



Pancho fue rescatado por un pescador que lo llevó a la casa de Magela Guerrero, y ella lo adoptó como un miembro más de su familia; luego de una dura batalla con medicamentos y cremas que podrían curarlo, contra todo pronóstico, fue salvado por Magela y tuvo una segunda oportunidad.

Luego de salvarlo, Magela intentó repetidas veces devolverlo a su hábitat natural, pero Pancho se regresaba con ella y encontraba, de las maneras más ingeniosas, de nuevo su camino a casa y a los brazos de su heroína.

No pasó mucho tiempo antes de que se revelará la verdadera identidad de Pancho: se trata de un Pelecanus Occidentalis Occidentalis, mejor conocido como pelícano pardo del Caribe, y es un ave que habita, comúnmente, en las costas que van desde el sur de los Estados Unidos hasta el Amazonas brasileño.

Todas las noches Pancho duerme en el patio delantero de su hogar, junto a una palangana de agua, y con los primeros rayos del sol se despierta para comenzar su rutina diaria, los vecinos le dan los buenos días y el vendedor de diarios lo llama al grito de “Panchooooooooo, el periódico” cuando va a entregar el diario en su domicilio.

Pancho vive en armonía compartiendo en su casa junto a tres perros, un cernícalo, un gavilán, una cotorra, una oca, tres jicoteas y un gato, especialmente el patio de la vivienda, donde desborda felicidad.

Esta peculiar mascota se alimenta con aproximadamente un kilo de pescado al día que su dueña le da en cubos junto a agua salada, ya que esta especie necesita ingerir sal diariamente, y obtiene este líquido gracias a un vecino que se lo trae en botellas de plástico del Malecón, el cual se ubica a unas 10 cuadras de donde reside.

Pancho cambió sin dudar su vida en la naturaleza por las comodidades propias de la ciudad, convirtiéndose en la estrella indudable de la calle 23, donde se siente como en casa, caminando libremente de un lugar a otro y siendo reconocido por todos los que se cruzan con él en la zona.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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