Guanahacabibes y los misterios que dejaron los aborígenes

lunes, 19 de agosto de 2019

Guanahacabibes es uno de los mayores tesoros de la provincia más occidental de Cuba: Pinar del Río.

Allí la naturaleza cubana tiene uno de sus nichos más prominentes, un espacio sin dudas, privilegiado por su biodiversidad y por todos los espacios que lo conforman y lo distinguen como Reserva de la Biosfera.

Según el director del Parque Nacional Guanahacabibes, Lázaro Márquez:

• “camino a Cueva Las Perlas, los viajeros pueden apreciar un bosque semideciduo (que pierde parcialmente su follaje durante una parte del año), el cual abriga árboles de más de 200 años de edad y numerosas variedades de pájaros como el tocororo, la cartacuba y el zorzal”.

Quien siga ese itinerario encontrará una gruta compuesta por amplias galerías de estructuras pétreas, iluminadas por la luz naturas.

Según cuentan los especialistas, precisamente en aquellas cavidades yacen evidencias de las comunidades nativas.

Que hace miles de años atrás poblaron esta zona, considerada el último refugio aborigen en la Isla.

Allí existe más de un centenar de sitios arqueológicos donde se han encontrado gubias de concha, morteros y otras rústicas.

Herramientas que pertenecieron al grupo conocido como Guanahatabeyes (hombre tosco en lengua arahuaca), los cuales practicaban la caza, la pesca y la recolección.

• “Otra de las propuestas del ecoturismo en la apartada localidad es el sendero del bosque al mar, en forma de herradura, en el que resalta la palma thrinax o guano blanco…
• …almácigos, jagüeyes y majaguas, entre otras reliquias botánicas”, explica el experto Lázaro Márquez.

Esta zona mantiene su esplendor de antaño, cuando los primeros habitantes de la Isla vivían en la zona.

Por eso resultan tan  fascinantes los helechos cerca de los pantanos.

Los vistosos y diversos colores de las orquídeas, la impresionante caverna sumergida conocida como Poza Redonda.

Así como los acantilados fósiles del sur o farallones del Cabo de San Antonio, el extremo más occidental del país.

Este espacio es el ideal para los amantes de la naturaleza, donde los paisajes casi vírgenes invitan a conocer parte de la historia de los aborígenes cubanos.