La Luz del occidente cubano: el Faro Roncali

lunes, 19 de agosto de 2019

En el municipio Sandino, de Pinar del Río en el occidente cubano, se encuentra la Península de Guanahacabibes.

La zona es conocida en todo el mundo por su prolifera flora y fauna.

Además de su biodiversidad vegetal única reconocida por la UNESCO desde 1987 como Reserva de la Biosfera.

Allí, en el occidente del occidente de la Isla los visitantes podrán disfrutar del Parque Guanahacabibes que comprende 39 901 hectáreas y encierra un sinfín de oportunidades para disfrutar la naturaleza cubana.

Sin embargo, existen otras opciones menos conocidas, pero que igualmente le brindarán bienestar a quien llegue hasta aquellos parajes.

Una de esas opciones es La playa del Faro (en el cabo de San Antonio) es el punto más occidental de Cuba.

Este nombre se debe al Faro Roncali, ubicado sobre una terraza emergida en el occidente cubano.

Con treinta y un metros de altura y construido desde mediados del siglo XIX por mandato del Capitán General de la Isla, Federico Roncali, a un costo de 62 mil pesos fuertes.

Su luz puede apreciarse a 30 kilómetros de distancia, con una frecuencia de dos destellos cada 10 segundos. Sin embargo, detrás de esa utilidad y resistencia a tantos años de historia, esta torre encierra varias curiosidades.

Por ejemplo, desde su inauguración, su potencial lumínico ha estado determinado por un fanal con un juego de prismas y lentes de origen francés que son accionados por un mecanismo de relojería que amplía su destello.

Inicialmente el rayo de luz provenía de la combustión de aceite de oliva.

Según los historiadores del museo municipal de Sandino, “mención aparte merece el hecho de que esta obra de singular importancia fue construida con el concurso de la mano de obra esclava, decenas de negros utilizados para cumplir este objetivo, bajo la dirección de un grupo de ingenieros del Cuerpo de Bomberos Españoles encabezados por Don José Pérez Malo”.

Además, este monumento arquitectónico es el más antiguo de toda la zona occidental de la Isla y marca una zona considerada por los estudiosos como el último refugio de los aborígenes en la época de la colonización española, otra de las tantas razones para visitar Guanahacabibes y conocer de cerca los destellos del Faro Roncali.