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Un visita al punto más alto de La Habana

A más de 139 metros sobre el nivel del mar, unos cuarenta pisos de altura, se encuentra el punto más alto de La Habana: el Mirador del Memorial José Martí.



La cima del edificio es el escenario perfecto para apreciar la capital cubana desde las alturas. Su posición geográfica hace posible distinguir La Habana en casi toda su magnitud y reconocer -o tratar de adivinar-  cuáles son esos edificios que destacan a lo lejos, qué calles o calzadas dibujan la ciudad, hacia dónde mirar para ver el barrio de origen.

Como todo el monumento, edificado en forma de estrella, el Mirador tiene también cinco puntas y sus pisos son de mármol, al igual que el techo y las paredes. En el suelo, incrustaciones de oro dibujan los cuatro puntos cardinales que facilitan la pesquisa habanera, mientras que a través de los cristales vemos los alejados edificios de Playa y Marianao, las fábricas de Guanabacoa y Regla, la cúpula de la Ciudad Deportiva y el Estadio Latinoamericano, la bahía de La Habana…

No obstante, la visita al Mirador es solo el punto final del recorrido al Memorial, el cual comienza abajo, en las rampas que rodean la edificación. Allí inicia la subida, su primera escala: la estatua de Martí.

memorial José Martí es uno de los sitios más visitados de la ciudad. Foto: M.Luis

Ya al interior del edificio podemos recorrer las cinco salas de exposición: una en cada punta de la estrella. Las dos primeras ilustran la vida y obra del Apóstol con copias y algunos originales de documentos, fotografías y artículos personales.

Destacan, el traje que llevaba Martí el día de su muerte en Dos Ríos,  y el quetzal (disecado) que le regaló en 1877 el presidente de Guatemala Justo Rufino Barrios y sus dos armas: un fusil Winchester y un revolver Colt, regalo este último de Panchito Gómez Toro, hijo de Máximo Gómez.

La tercera sala está dedicada a la historia de la Plaza, la cuarta punta es una sala teatro y la última es la sala de exposiciones transitoria.

El mirador está en el último piso del memorial. -Foto M. Luis, todocuba

El memorial tiene también en su interior un mural de cerámica veneciana donde aparecen grabados con láminas de oro textos extraídos del ideario martiano.

El conjunto monumentario comenzó a construirse en 1953, en el Centenario del Apóstol, y se financió con los aportes de una colecta popular. Su construcción demoró cinco años. Hoy es un sitio de referencia de la ciudad y el país, idóneo para descubrir y redescubrir mejor a La Habana.

Texto y fotos: M. Luis

Escrito por | Redacción TodoCuba

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