Todo sobre la mejorana, esa planta maravillosa que cultivaban nuestros abuelos

lunes, 2 de julio de 2018

La mejorana o mayorana (como también se le conoce en algunos lugares de Cuba) es de esas plantas maravillosas que nuestros abuelos privilegiaban en sus jardines. Un hábito más que justificado, pues no sólo despide un olor muy agradable y puede ser utilizada como especia en la cocina, sino que también sirve para el tratamiento de diversas dolencias.

En bajas dosis la Origanum mejorana (ese es su nombre científico) se emplea como sedante, tónico estomacal, antiespasmódico y carminativo.

Para calmar la excitación nerviosa se suele preparar en forma de infusión concentrada. Como su efecto es muy fuerte no se debe abusar de la mejorana y, aunque se puede consumir de forma diaria, se recomienda que no se ingieran más de tres o cuatro gotas tres veces al día.

Los ancianos han aprovechado desde antaño las hojas de la mejorana para mitigar los dolores reumáticos. Para esto confeccionan un ungüento a base de medio kg de manteca de cerdo fundido con esencia de mejorana y unos 100 gramos de la hoja seca y pulverizada. Esta mezcla se remueve suavemente y se pone a hervir en baño de María por 30 minutos. Al día siguiente se repite la operación y después se envasa en frascos oscuros y herméticos para que la grasa no se ponga rancia.

Como condimento se emplea la mejorana sola o en combinación con otras especias. Su uso recién cortada está muy extendido en la dieta mediterránea, donde es un ingrediente insustituible en el aderezo de quesos y salchichas. También se emplea profusamente en muchos platos tradicionales del viejo continente como los guisantes a la catalana, la sopa tarasca, el pörkölt húngaro, el zurek polaco y el pölsa sueco.

La mejorana es una planta que bien vale tener en el jardín familiar y su cultivo es sencillo: basta con sembrarla en un lugar donde reciba directamente la luz del sol o que sea muy luminoso. Lo mejor es plantarla en exteriores, aunque si se coloca en el lugar adecuado también crece bien en interiores.

Se debe regar con frecuencia sin encharcar la tierra y abonarla orgánicamente en primavera y verano.

Tener a mano la mejorana se recomienda siempre y además requiere poco esfuerzo. Vale la pena.