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El precio de montar patines en Cuba

Montarse en patines en la Mayor de las Antillas también resulta una cuerda tambaleante, sobre todo porque se trata de un deporte sumamente caro y que precisa de muchos implementos. No obstante, sí hay patinadores.



Haila Brunet Alvárez tiene 19 años y es en la actualidad la primera figura del equipo nacional en la modalidad de carrera, en el área de la velocidad, y a pesar de que por el estatus en que la coloca su talento recibe recursos por parte de la Federación cubana, su permanencia en las pistas ha dependido en lo fundamental del sacrificio de sus padres.

«Me han dado cosas, pero he tenido que comprarme botas, que cuestan entre 300 y 350 CUC, las gomas están a 80 y 120, una licra entre 30 y 40, un casco 50 y los de gran calidad, o sea, de marca, pasan de cien y hasta de 200 pesos convertibles», dice la joven espirituana.

«Empecé en el patinaje de muy niña y antes de llegar a la selección nacional fui testigo de cómo muchos de mis compañeros con mucha perspectiva quedaron en el camino, pues no podían costearse sus equipos, yo fui de las afortunadas porque mis padres siempre hicieron, y hacen, lo posible porque pueda continuar y llegar lejos en mi carrera como deportista», enfatizó.

«Ahora mismo casi el ciento por ciento de los patinadores usan recursos propios, y ninguno adquirido en Cuba, todos los aditamentos son importados por familiares o encargos que se hacen a personas que viajan al exterior o se compran en países productores de Europa o el mercado de Colombia, cuando van a torneos internacionales —que por cierto, no son muchos—, además de las ayudas que representan las donaciones.

Si se tratara de una generalidad, ¿se imagina usted que para practicar la modalidad del ecuestre en el pentatlón moderno un atleta tenga que agenciarse su propio caballo? Y después hay quien se pregunta por qué son menos las medallas olímpicas y mundiales de los últimos años.

Con los pies bien puestos sobre la tierra les podemos decir que en estos tiempos casi todo el equipamiento especializado de la mayoría de los deportes es importado, y el Inder trata de priorizar aquellos con mejores resultados y proyección, entre ellos, los de combate, arte competitivo o atletismo.

Los demás, subsisten, a pesar de los salarios no acordes con los precios del mercado, más bien gracias al amor: ese que le profesa un padre a su hijo, el del atleta por su profesión, y el de los entrenadores por su deporte.

En definitiva, solo el amor engendra maravillas, pero cuidado, que a veces ni siquiera eso es suficiente.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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