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Parque del Dominó, un símbolo de la Pequeña Habana y de su gente

Su nombre oficial es Parque Máximo Gómez, pero todos lo conocen como el Parque del Dominó y ha devenido en uno de los símbolos de la Pequeña Habana y de la comunidad cubana en Miami.



Allí, a pocos pasos del Tower Theater, en la calle Ocho y la Avenida 15 los residentes locales se han reunido por décadas para jugar al dominó en un ambiente de franca camaradería, nunca roto por las carcajadas y los fuertes toques de las fichas en las mesas ante los ocasionales pases.

Aunque reina el dominó, los gazebos sirven también para cobijar otros juegos de mesa como el ajedrez que casi parece una anomalía que pueda subsistir entre el escándalo propio de un grupo numeroso de cubanos jugando dominó.

Algunos llevan décadas asistiendo al parque cuando las obligaciones se lo permiten para echar su partidita. Ese es el caso de Alfredo Coffiñi, quien se fue de Cuba cuando el éxodo del Mariel y llegó a Miami hace 35 años. Para él, como para tantos cubanos, ir al Parque del Dominó es tener la oportunidad de relajar el trabajo con una tacita de café y un cigarro, hablar de pelota, de política y añorar entre todos lo que se dejó detrás en Cuba.

Sin embargo, aunque arreglar todos los problemas de Cuba, descubrir qué lo que pasó fue esto o lo otro, y asegurar el regreso glorioso, todo en el tiempo que dura una partida de dominó, nada enciende tanto los ánimos en el Parque del Dominó como una buena discusión de pelota.

Todavía los cubanos recuerdan a los peloteros que hacían historia en la Isla cuando se marcharon, mezclados con los que hicieron carrera en las Grandes Ligas y los que están llegando ahora para brillar en la Gran Carpa.

Para los que allí se reúnen la vida no ha sido fácil, pero una buena partida de dominó siempre da ánimos para seguir y sentirse un poco más cerca del barrio y de la gente que dejaron en la Isla.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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