Los seis empleos particulares más comunes en Cuba
miércoles, 19 de abril de 2017
Los oficios en Cuba datan de una larga tradición. En ellos se mezclan lo nuevo y lo perenne, se adaptan a los cambios y las nuevas tecnologías, pero conservan su esencia y se fusionan con la cotidianeidad y el sentir del cubano. Estos son seis de los empleos particulares más comunes en la Isla:
- Zapatero
Andariego por deseo y necesidad, el cubano rompe mucho zapato; por ello el oficio de zapatero no se pierde. Los puede encontrar en casi cualquier lado, con su mesa, sus agujas, sus pomos de cola para pegar y la montaña de zapatos en el suelo.
- “Maniquiuri”
El arreglo de manos y pies es muy frecuente en Cuba, al punto que debe haber, por lo menos, una “maniquiuri” por “circunscripción”. Los servicios brindados suelen ser varios: desde pintar las uñas hasta ponerlas postizas o tratamiento de podología para todos los géneros, además de informar a los presentes de todos los chismes y rumores que circulan por el barrio.
- Peluquero y/o Barbero
Otro sitio donde el cliente nunca se aburre son las peluquerías: la espera se ameniza con una que otra conversación, casi siempre dirigida por el o la peluquer@, que alterna sus comentarios con el ruido de la secadora. Puedes encontrarlas de todo tipo: desde una silla en un portal con la viejita retirada haciendo cortes, hasta verdaderos salones de belleza, con “sucursales” en otras ciudades ¿del mundo? Y por supuesto, casi nunca falta el ya popular tratamiento de queratina.
- Relojero
Un poco menos frecuente, pero igual de útil, es el relojero: lo mismo cambian una pila que rehacen el mecanismo del reloj. Dominan todo tipo de tecnologías y se saben con maestría las señas internas de cada marca, además, siempre tienen piezas de repuesto para todo, desde manillas hasta manecillas, y si no, algún reloj en oferta. El objetivo es que el cliente se vaya con la hora exacta.
- Joyero
La proliferación del acero quirúrgico en Cuba ha atentado un poco contra el oficio del joyero, casi siempre especializado en arreglar oro y/o plata. No obstante, estos artesanos del metal siguen estando allí, pues al cubano le gusta el brillo y nada lo hace más que una buena cadena. Eso sí, casi todos tenemos uno de confianza, para tratar de evitar perder eslabones de más en la reparación.
- Vendedor ambulante
Una categoría que engloba a muchos. Desde el que vende frutas y vegetales, hasta detergente y cloro, sin pasar por alto, los que ofrecen sazonadores de todo tipo, ropa, zapatos, escobas, juguetes, galletas de sal, maní, dulces, entre otros. ¿Un factor que los une a todo? Sus pregones, elemento cimero e indiscutible de la cubanía.
Por M. Luis
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Escrito por | Redacción TodoCuba
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