Los hechizos de la calle Monserrate

miércoles, 12 de junio de 2019

Esta es la calle Monserrate que da cobijo a famosos restaurantes habaneros  como La Zaragozana, el Floridita,  el Castillo de Farnés, El Baturro y Puerto de Sagua.

Así como a importantes centros culturales como los  edificios Bacardí, Palacio Presidencial, Museo Nacional de Bellas Artes y Estación Terminal Ferroviaria de La Habana, una populosa arteria ubicada en el municipio capitalino de La Habana Vieja.

La calle Monserrate.

Se construyó en el espacio que quedó al derribarse la Muralla de La Habana.

Realmente es la continuación de Egido.

Comienza a la altura de la calle Colón y finaliza  en la plazoleta de Desamparados, frente a los muelles, a un lado de la Estación Central de Ferrocarriles.

Aunque Monserrate es su nombre oficial, ya en 1918 pasó a llamarse Avenida de Bélgica.

Pero, ¿por qué Monserrate?

En tiempos tan lejanos como 1695 existía en esta arteria la Ermita de Monserrate.

En la plazuela de las puertas de la muralla. Más tarde, en 1836 la ermita fue destruida, lo que no duró mucho tiempo, porque fue  reedificada en 1844.

Ya en los albores de 1840 surgieron edificaciones importantes como el Palacio de la Marquesa de Villalba, considerado una de las obras cumbre del neoclásico cubano del siglo XIX.

También se fundó en aquel período restaurantes históricos como La Zaragozana, el Castillo de Farnés, el Hanoi, el Puerto de Sagua o el Baturro.

Actualmente, la calle Monserrate es uno de los centros culturales de La Habana Vieja más poderosos.

Un hervidero de mucha y exuberante arquitectura deslumbrante, además de centros de recreación.

Es una calle y una arteria bulliciosa donde se mezclan cubanos y extranjeros seducidos por el estilo de esta isla caribeña.

Para muchos es la reunión de lo criollo, espacios religiosos y culturales.

Así como la posibilidad de degustar un auténtico mojito cubano o un agua de coco fresca, junto a música regional y muy cubana en vivo.