Lo cierto y lo falso sobre los puercos jíbaros en Cuba

domingo, 29 de abril de 2018

En Cuba existen muchas leyendas sobre los puercos jíbaros. Algunos campesinos aseguran que en las más intrincadas serranías se han visto algunos del tamaño de vacas y de fiereza tal que pueden desmontar con su embestida al más fuerte de los vaqueros.

Estos cerdos domésticos escapados de sus dueños por diferentes causas no son, por supuesto tan tenebrosos como los pintan las fabulaciones campesinas, pero si abundan en los rincones más apartados de la geografía cubana donde se han multiplicado por generaciones.

Se desconoce si estos puercos jíbaros han logrado mezclarse con ejemplares de cerdos salvajes importados en Cuba para servir como caza mayor, pero es bastante probable. De hecho muchos campesinos aseguran haber avistado jabalíes en los montes de Cuba. Pero esto no parece ser cierto.

Ciertas o no, las leyendas tejidas en Cuba a costa de los puercos jíbaros afirman que no existe animal más feroz cuando se encuentra acorralado y que con sus colmillos afiladísimos pueden eviscerar al más fuerte de los perros de caza.

Debido al desarrollo de los caninos inferiores los ejemplares machos de cerdos jíbaros se convierten en eficientes máquinas de matar y poderosos contrincantes de los perros a los que embisten con movimientos laterales de cabeza sin acobardarse nunca en el combate.

Muchos en Cuba confunden a los puercos jíbaros con los jabalíes pero en realidad se trata de dos especies completamente distintas. En la Isla no existen ni han existido jabalíes libres en la naturaleza.

Lo que los cubanos llaman de forma errónea jabalíes se tratan en realidad de ejemplares de cerdos domésticos, casi todos criollos, escapados de sus dueños y asilvestrados por generaciones.

También es posible que los campesinos (mucho más conocedores  de los animales) confundan con jabalíes algunos ejemplares de razas salvajes foráneas que aún se conservan libres en los montes de Cuba y que en épocas pasadas fueron importados al país como divertimento de los cazadores.