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La Playita de los Rusos de Alamar, un tramo costero que se quedó desolado con la caída del campo socialista

La Playita de los Rusos en el reparto Alamar, al este de La Habana, fue muy popular en la década del 80 del siglo pasado. Aunque había que ir en tennis porque los erizos habían colonizado el lugar el tramo costero era el preferido de los muchachos que en tropel descendían por la Avenida de los Cocos para disfrutar de un chapuzón veraniego o tomar el sol sobre la arena traída desde un lejano cayo con la que habían cubierto la roca de la orilla.



Junto a los cubanos se bañaban y compartían los soviéticos que trabajaban y vivían en la zona. Provenían de varias repúblicas de la URSS, pero para los nacidos en la Isla eran todos “bolos” o rusos y el nombre de Playita de los Rusos se le quedó al lugar para siempre.

Junto a los cubanos se bañaban y compartían los soviéticos que trabajaban y vivían en la zona

Casi en la misma línea de la playa existía una cafetería, donde los menos previsores o los que tenían más dinero podían comprar algún refrigerio mientras sus hijos jugaban y se mezclaban con los niños de la hermana “república soviética”.

Con la caída del campo socialista también se fue la Playa de los Rusos. Sin ellos no era lo mismo y los vecinos de Alamar dejaron de visitarla en la misma medida en que fue desapareciendo la arena, cerró la cafetería y el abandono se empoderó del lugar.

Casi en la misma línea de la playa existía una cafetería

La Piscina Gigante, en la que muchos de los que son hoy hombres y mujeres ya casi no se puede reconocer y la pequeña alberca a su lado, destinada a los niños, es un verdadero pantano de aguas pestilentes. Sólo algunos pescadores solitarios se aventuran por aquellos lares, junto a merodeadores y otros personajes indeseables con los que es mejor no cruzarse.

La Playita de los Rusos en el reparto Alamar, al este de La Habana, fue muy popular en la década del 80 del siglo pasado

Cierto que la Playita de los Rusos no fue nunca un lugar espectacular, pero tenía encanto. Un encanto que es una pena que se haya perdido en un lugar como Alamar donde lo único que hay de sobra es aburrimiento.

Fuente: On Cuba

Escrito por | Redacción TodoCuba

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