La misteriosa historia de la casa embrujada de Palmarito en Pinar del Río (+ Fotos)

martes, 16 de octubre de 2018

En la zona de Palmarito, en Pinar del Río existe una casa a escasos cien metros de la carretera que todos los lugareños aseguran que está habitada por espíritus. Son numerosos los testimonios de los que han intentado vivirla a lo largo de los años y han tenido que abandonarla por temor a las cosas que allí vieron o sintieron.

Uno de ellos, Filiberto Calá, dice que sólo cree en lo que ven sus ojos; pero que de la casa embrujada de Palmarito, en la que vivió un año, tuvo que salir huyendo porque llegó un momento en que sentía que se estaba muriendo.

Cuenta que una noche, cuando conversaba con su mujer le dieron unos escalofríos rarísimos que lo le dejaban mover los brazos y las piernas y notó como uno de los faroles de la casa se desplazaba por el aire de un lugar a otro hasta que quedó suspendido en el aire. Al otro día recogió sus pertenencias y abandonó el lugar.

Desde esa experiencia han pasado más de 20 años y otros “descreídos” han llegado hasta la casa para establecerse ahí. Todos han sufrido muertes trágicas: uno se ahogó en el mar, otro se suicidó y el que la ocupa actualmente, aseguran los vecinos que se está muriendo.

Los vecinos afirman que la casa quedó embrujada por culpa de sus primeros propietarios. Se trataba de una familia de mucho dinero que poseía casi todas las tierras del lugar, pero que nunca aceptó a nadie en sus propiedades ni para trabajar. Por eso sus espíritus protegen la vieja casa de cualquier intruso que quiera quedarse con ella.

Supersticiones aparte, la verdad es que todos los que han vivido en la casa han terminado abandonándola al poco tiempo y eso que es una vivienda con muy buenas condiciones que, a pesar del deterioro causado por el tiempo y el abandono no sería demasiado complejo volver a habilitar.

El propietario actual también tiene miedo de vivirla y sólo la utiliza como almacén para guardar los instrumentos con los que trabaja los campos circundantes.

La mayoría de los vecinos más viejos juran que es porque en la casa embrujada de Palmarito nadie soporta vivir: las cazuelas se caen de los fogones, los sillones se mecen solo y se aparecen los fantasmas de todos los muertos que un día la habitaron.

Sin embargo, las nuevas generaciones son menos propensas a creer en cuentos de aparecidos. Un joven vecino del lugar dice que eso son inventos de los viejos y que en más de una ocasión ha dormido en la vivienda abandonada sin que se le aparezca ni una rana.