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La leyenda que quizás no conocías del Cafetal «La Isabelica» en el oriente cubano

Cuba ha sido siempre la tierra de café. No hay página de la historia sin ese aroma. Y si el apetitoso y deleitable olor se mezcla con amores prohibidos, cualquier leyenda resulta narración cautivadora.



Los hermanos de Haití nos legaron esencias muy significativas en la construcción de nuestra nacionalidad. Junto a ellos vinieron los colonos franceses ahuyentados por la rebeldía y los ímpetus de la Revolución en ese país caribeño.

Así llegó al oriente de Cuba el señor Víctor Constantan: venía para poner su vida y su economía a salvo. En cuanto se acomodó en tierra fértil comenzó a cultivar maíz, cacao y café.

Durante diez años estuvo construyendo una mansión en las montañas de la actual provincia Santiago de Cuba, a base de cal, piedra y barro. Sus finanzas iban en expansión, gracias a los terrenos bondadosos y productivos donde trabajaban alrededor de 25 esclavos. Entre ellos se contaba la bella mulata Isabel María, quien sirvió de inspiración para nombrar aquella finca: La Isabelica.

Según cuentan, aquel fue el cafetal más próspero del siglo XIX en el oriente del país y hasta hoy se conservan secaderos y molinos que funcionaron en aquella época de esplendor. La edificación cuenta con dos pisos de piedra: en la planta baja pueden apreciarse diferentes objetos de la época como un reloj de sol, el mobiliario de antaño y diversos artefactos utilizados en la producción cafetalera, incluido un molino usado para despulpar el café seco; mientras, en el nivel superior se recrea el ambiente de la vivienda original: sala-comedor; sala de estar, biblioteca y dormitorio.

Precisamente, la leyenda cuenta de varias historias sobre el amor que vivieron el señor Víctor y María Isabel. Fue una relación silenciada por los prejuicios racistas de la época: a pesar de que ambos se casaron legítimamente, la mulata murió sin obtener su libertad. Segun dicen aún en los pasillos de aquella casa pueden sentirse los pasos apresurados de ella, quien asumía las labores domésticas durante el día y por la noche saciaba los deseos pasionales de don Víctor. Tal fue la entrega de ambos que desde entonces las voces populares aseguran que en la cama matrimonial nunca durmió mujer blanca alguna.

De acuerdo con los especialistas, a nivel mundial, Cuba posee la mayor cantidad de antiguas haciendas cafetaleras con valor arqueológico. Específicamente La Isabelica es considerada Patrimonio de la Humanidad, por sus valores histórico, arquitectónico y ambiental.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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