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La famosa casa de Al Capone en Varadero donde en realidad el famoso mafioso nunca estuvo

Existe una muy famosa casa en el hermoso balneario de Varadero que se ha convertido en atracción turística pues aseguran que fue propiedad del mismísimo Al Capone. En ella radica un restaurante que explota la imagen del famoso mafioso y hace su agosto con los crédulos que insisten en cenar en el mismo espacio en que alguna vez pernocto Al; a pesar de que no existe evidencia alguna de que este haya estado allí siquiera una vez.



El inmueble donde se encuentra la Casa de Al (que es como se llama el restaurante de marras) perteneció en realidad al coronel del Ejército Libertador cubano, Eugenio Silva Giquel, quien fue dueño de grandes extensiones de terreno en la playa y se convirtiera en uno de los principales impulsores de la urbanización del balneario durante la República.

Se trata de una hermosa construcción en la misma línea de playa, hecha de cantería, hormigón armado y madera. En su época sentó pautas en la modalidad de muros de cantos a vista y sirvió de inspiración a no pocos arquitectos del patio. Dentro del inmueble destacan las galerías de puntal bajo y los fuertes arcos de medio punto, con balcones y persianas.

Tras abandonar sus dueños el país después de la Revolución Cubana de 1959 la que después sería conocida como “Casa de Al Capone” tuvo diversos usos, hasta que, entre 1978 y 1984 se utilizó como edificio de oficinas de la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Luis Augusto Turcios Lima. Cuando cambiaron los tiempos en Cuba y el turismo internacional impuso su dominio sobre Varadero, la EIDE cedió la propiedad al Ministerio de Turismo.

Detrás de la leyenda de que la casona del coronel Silva perteneció a Al Capone en la República hay mucho de marketing pero nada de cierto. De hecho la vivienda, una de las primeras del reparto Kawama, se construyó en 1930, cuando ya el mafioso se encontraba tras las rejas en Estados Unidos.

Culto a un mafioso en Cuba

Mas, cuando de sacar los cuartos al turista se trata poco importan las verdades históricas. Todo en la Casa de Al evoca al que durante la Ley Seca fuera el rey de la ciudad de Chicago:

A su entrada, moldeada en concreto, existe una burda imitación de uno de los autos que usara el mafioso y, ya dentro, fotografías del siniestro personaje a tamaño natural de Al en lo que, tal vez, sea el único lugar en Cuba que rinde culto a un personaje negativo en Cuba.

Es cierto que Al Capone estuvo en Cuba en 1928 supervisando el contrabando de ron desde la Isla a los Estados Unidos; pero no hay pruebas de que saliera de La Habana. Reservó un piso completo del Hotel Sevilla (el más moderno de Cuba en ese entonces) y desde allí organizó todas sus operaciones. Nunca estuvo en Varadero y, de haber estado, no pudo haber pernoctado y mucho menos ser dueño de la “Casa de Al” por la sencilla razón de que esta aún no se había construido.

Fue sólo un invento para atraer turistas y cuando los inventos funcionan, qué importa la verdad o la historia.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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