¿Quién manejó el segundo carro que circulo por Cuba?

viernes, 26 de julio de 2019

Ya sabemos que con el final del siglo XIX llegó a Cuba uno de los inventos más útiles y masivos del paso del hombre por el mundo: el carro o automóvil.

Traídos a Cuba desde Francia por el comerciante José Muñoz en diciembre de 1898, los carros pronto se volverían motivo de ostentación para la clase alta cubana de la época:

Un lujo que todos querían lucir. ¿Sabes quiénes fueron los primeros cubanos en caer en la tentación?

El boticario Ernesto Sarrá fue el primero en imitar a José Muñoz y buscarse un automóvil para sí mismo.

Este empresario, que a principios del siglo XX empezaba a acumular una de las mayores fortunas de país, se las daba de hombre de su tiempo y, por tanto, no pudo menos que comprarse un auto apenas tuvo la primera oportunidad.

Quedando para la historia como el segundo hombre en tener un carro en Cuba.

El automóvil de Ernesto Sarrá fue traído también desde París, pero estaba registrado bajo la marca Roche & Schneider, una empresa radicada en Lyon.

Su carro, más parecido a un coche de caballo clásico que a lo que hoy reconocemos como un auto, poseía 8 caballos de fuerza (8 HP), una potencia impresionante para la fecha de junio de 1899.

Dejando atrás a Muñoz con este nuevo carrito de lujo.

Este auto, que le había costado algo más de cuatro mil pesos, alcanzaba velocidades superiores a los 30 kilómetros por hora.

Pero a pesar de su estrafalaria velocidad, manejar este automóvil seguía conllevando muchas dificultades: tenía el timón en la parte posterior del auto en vez de la delantera.

Y un sistema de transmisión por correa que peligrosamente se zafaba cada seis o siete cuadras como mínimo, teniendo el conductor que bajarse y arreglarlo a mano.

Y este es en resumen la historia del cubano que manejó el segundo carro que circulo por Cuba.