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Descubre todos los secretos sobre el hotel Colina del Vedado habanero

El hotel Colina no tiene ni la historia ni el caché del Nacional o Habana Libre, sin embargo su privilegiada ubicación en L y 27, casi frente a la Universidad de La Habana le ha permitido sobrevivir a pesar de sus carencias.



Construido en 1954 a un costo de 400 000 pesos (el peso cubano era equivalente al dólar en la época) el Colina era un hotel pequeño de apenas 80 habitaciones que palidecía ante un vecino cercano e imponente como el Habana Libre, que se construyó poco después a menos de cien metros de distancia. Sin embargo, en los años en que se construyó estaba equipado con todos los adelantos disponibles y sus tarifas eran muy económicas por lo que en realidad nunca le faltó clientela.

Su dueño era José López Vilaboy, un poderoso empresario que regentaba la terminal aérea de La Habana y otros grandes intereses y disfrutaba de una íntima amistad con el presidente de la República Fulgencio Batista a quien servía como intermediario o socio en múltiples negocios.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959 Vilaboy abandonó el país y el hotel fue intervenido y luego nacionalizado. En el momento en que muchos hoteles pasaron a convertirse en edificios de viviendas, las autoridades cubanas decidieron que el Colina siguiera funcionando como hospedaje.

Por 30 años su clientela se nutrió de turistas nacionales y el inmueble se depauperó por la falta de mantenimiento e inversiones. Sin embargo, tras la caída de la Unión Soviética y la consecuente crisis económica que se desató en la Isla, fue cerrado para realizarle una reparación general y dedicarlo al turismo internacional.

En la actualidad es operado por la cadena cubana Islazul que administra hoteles de bajo standing para los turistas que buscan opciones económicas de alojamiento en Cuba.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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