fbpx

Datos que quizás no conocías sobre los cocodrilos de la Ciénaga de Zapata

Durante décadas la vida en la Ciénaga de Zapata consistió en la fabricación de carbón, la pesca y la caza. La captura del cocodrilo, aunque riesgosa, formaba parte de la cultura de los habitantes de esa inhóspita región, contribuyendo a su drástica disminución.



En un principio, los cenagueros no entendían para qué cazaban cocodrilos, si no podían aprovechar la piel, ni la carne. Le pagaban bien por capturarlos, y entregarlos vivos. Solo con el tiempo, comprendieron aquella idea de Fidel, en el propio año 1959, de crear un criadero.

Gracias a esta idea visionaria, nacía así un centro para la conservación de estos animales, que generaría ingresos y empleos. Se trataba de proteger al mayor reptil de Cuba, el más conspicuo, por su estructura y dinámica.

A cinco décadas, el criadero se ha ido modificando. Hoy favorece a un mayor conocimiento de la especie, y su historia evolutiva. Se diversificaron además las fuentes de ingresos.

También posibilita la divulgación y educación ambiental de los niños, con el apoyo de organismos como el CITMA.

En el interior reina el silencio. Pero existe una numerosa población de 4 mil cocodrilos.

Se hallan distribuidos en varios grupos según las edades y tamaño. De esa forma reducen el estrés y favorece el manejo de los especialistas. Lo que ha contribuido a que lo ejemplares permanezcan saludables.

Gracias a un convenio de colaboración con la Universidad de La Habana, caracterizaron genéticamente a los progenitores, ya que en los últimos años el Rombifer o cocodrilo cubano, se ha mezclado con el americano, creando un híbrido.

Con el estudio que llevan a cabo tratan de entender las causas de esta hibridación, y futuras consecuencias.

Cada año nacen en el criadero cerca de mil crías del Rombifer. Pero el biólogo Etián Pérez, especialista del centro, asegura que en el primer año de vida muere el 10 por ciento de los animales, siendo este el periodo más crítico.

A Etián les fascinan estos reptiles. Cuenta que en verano consumen más alimento, y el total de animales pueden devorar 100 toneladas de carne en un año. De gran longevidad, alcanzan hasta un siglo de vida.

Trabajar con ellos no es nada fácil, sobre todo cuando arriban a la madurez. El joven biólogo ha sufrido varias mordeduras, pero él no las cataloga como ataques. Explica que solo se defienden cuando se sienten amenazados, son muy territoriales.

Los cocodrilos son ovíparos. En cautiverios las hembras ponen alrededor de 30 huevos, y gracias al denuedo y conocimiento de los expertos, alcanzan hasta un 70 por ciento de natalidad.

El ingenio se fortalece cuando se hace acompañar de amor por lo que se hace. Como alternativa para los nidos, los trabajadores crearon pequeñas cajas de poliespuma, excelente aislante térmico, y la revistieron con los mismos materiales que emplearía la cocodrilo en su hábitat natural.

Al nacer, las crías se alimentarán durante la primera semana del vitelo, mezcla de componentes ubicada en el interior de su propia cavidad abdominal. Luego, tras años de cuidados, crecerán hasta tres metros de longitud, para mantener su condición de mayor depredador del pantano, y símbolo de la provincia de Matanzas.

Escrito por | Redacción TodoCuba

Patrocinado por: CubitaNOW - Noticias de Cuba