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Casa de la Cultura de Velasco, una mansión inglesa que no imaginas que existe en la campiña cubana

Existen edificios que por su magnificencia parecen fuera de lugar cuando se les compara con su entorna. Inmuebles que, al estar situados casi en medio de la nada, simulan un alarde de grandeza que parece una exageración y hace pensar a los que los contemplan, que son merecedores de figurar en las grandes ciudades, junto a edificaciones que se les igualan en grandeza. Así sucede con la Centro Cultural Félix Varona de Velazco en Gibara o, simplemente, como se le conoce, la Casa de la Cultura de Velasco.



Semeja la Casa de la Cultura de Velasco una gran mansión inglesa, de esas que aparecen en los seriales históricos de la BBC. Su construcción se debe al empeño de un hombre, Félix Varona Sicilia, natural del poblado quien soñó (contra toda la lógica y los prejuicios) que el pequeño pueblo de campesinos contara con un centro cultural de las dimensiones del que se llegó a construir.

Obra del arquitecto norteamericano Walter Anthony Betancourt, el centro cultural lleva el nombre de Félix Varona Sicilia, en honor al hombre que lo soñó, y su construcción demoró casi treinta años (1964 – 1991). Es una obra que combina el modernismo con elementos precolombinos y del teatro inglés y que en justicia podría ser clasificada como de un eclecticismo brutalmente bello.

Sin embargo, más allá de estos elementos, la Casa de la Cultura de Velazco semeja una gran mansión inglesa en medio de la campiña cubana.

Semeja la Casa de la Cultura de Velasco una gran mansión inglesa

Si una construcción debe su existencia a la tenacidad de un hombre es esta: Tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959, Félix Varona presentó su idea de un centro cultural enorme en un pueblo minúsculo a un sinfín de arquitectos. Todos lo miraron como si estuviera loco, menos el cubano – americano Walter Anthony Betancourt Fernández, quien se enamoró de la idea y elaboró el proyecto.

El Gobierno Provincial de Oriente aceptó financiar la obra. Y así, Varona y Betancourt comenzaron la construcción de uno de los edificios más bellos de Cuba el 4 de mayo de 1964.

A la muerte de Betancourt en 1978, la dirección del proyecto pasó a su amigo, el arquitecto habanero Gilberto Seguí, quien estaba plenamente identificado con las ideas de este. Finalmente sería inaugurada tras casi 30 años el 2 de marzo de 1991.

Félix Varona Sicilia, el hombre que dedicó gran parte de su vida a conseguir su sueño pudo morir tranquilo seis años después, el 23 de julio de 1997.

Es obra del arquitecto norteamericano Walter Anthony Betancourt

Poco más de un lustro después, las autoridades cubanas de Patrimonio reconocieron el inmenso valor cultural del inmueble y lo declararon monumento nacional.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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