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Benito Viñes, el sacerdote español que se convirtió en el Padre de la Meteorología Cubana

A un sacerdote español, el jesuita Benito Viñes Martorell, le corresponde el privilegio de ser considerado el Padre de la Meteorología Cubana.

Nacido el 19 de septiembre de 1837 en Poboleda, Cataluña, España, ingresó con 19 años como novicio en la Compañía de Jesús y en 1870 se trasladó a Cuba para asumir la dirección del observatorio meteorológico del Real Colegio de Belén en La Habana. A este sabio sacerdote se debe el primer aviso de ciclón tropical del que se tienen noticias en la historia de la Meteorología.



Llevaba Benito Viñes menos de un año en Cuba cuando la Isla fue golpeada por un poderoso huracán que dejó centenares de muertos, sobre todo en la región de Matanzas. El sacerdote quedó impresionado por la fuerza destructiva del fenómeno meteorológico y desde entonces se propuso trabajar con todo su empeño para minimizar en lo posible la pérdida de vidas humanas.

Así, en 1873, gestionó para el Observatorio de Belén, un meteorógrafo de Secchi, innovador aparato mecánico capaz de registrar simultáneamente la velocidad y dirección del viento, la temperatura y la presión atmosférica.

Viñes era reconocido ya como uno de los más brillantes meteorólogos de su tiempo y el aparato en sus manos permitió al Observatorio disponer de un importante volumen de información con que pronosticar el impacto de los huracanes en Cuba.

Brillante científico, al sacerdote español le cabe el mérito de haber sido el primero en elaborar un aviso de ciclón tropical el 11 de septiembre de 1875. Entre 1870 y 1893 en que se mantuvo frente al Observatorio vaticinó el paso por Cuba de 33 ciclones.

Sería él quien descubriría la primera ley sobre el anticiclón del Caribe y sentaría un hito en la historia de la meteorología.

La conocida como “Ley de Viñes”: el principio para el pronóstico de los ciclones tropicales esbozada por él en sus estudios, fue por muchos años aplicada para la previsión de estos eventos meteorológicos.

Fuera del campo de la Meteorología, Benito Viñes estudió los fuertes sismos ocurridos en la región de Pinar del Río a finales del siglo XIX, sobre los cuales dejó una memoria escrita junto al ingeniero Pedro Salteraín titulada: “Terremoto de Vueltabajo 1880”.

Reconocido como una de las más grandes autoridades del campo de la Meteorología a nivel mundial, el padre Benito Viñes fue agasajado con múltiples honores y perteneció a las más renombradas instituciones científicas de Cuba, Europa y Estados Unidos.

Precisamente los norteamericanos, que organizaban el Congreso Meteorológico de Chicago, le rogaron que presentara un informe sobre los ciclones.

Este sería su último aporte, su testamento científico, pues la misma noche en que le puso el punto final falleció en el Colegio de Belén a la edad de 56 años a consecuencia de un derrame cerebral. Era el 23 de julio de 1893.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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