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Art Decó, el estilo arquitectónico que dejó huellas impresionantes en la Cuba republicana

Uno de los estilos arquitectónicos que dejó impresionantes huellas en la Cuba de la primera mitad del siglo XX fue el Art Decó. Distinguido por el uso en las estructuras de las líneas recta y las formas elegantes y simétricas, en el estilo que arribara desde Francia en la segunda década de la pasada hallaron su inspiración los arquitectos cubanos para legarnos algunos de los más impresionantes edificios de la etapa republicana.



En la mayor de las Antillas el Art Decó vivió una apoteosis. Los profesionales de la Isla sucumbieron ante la magia del uso y octágonos, la verticalidad, las decoraciones con saetas, los recuadros repetidos, los escalonamientos y los detalles; y, cuando llegó la medianía del siglo y el Modernismo trajo nuevos aires a la arquitectura, Cuba se encontraba en la vanguardia del Art Decó en América, junto a México, Venezuela, los Estados Unidos y Brasil.

Aunque compartió con el Art Nouveau y el Eclecticismo el gusto por el uso de las vigas y losas para las cubiertas y entrepisos, el Art Decó fue el hijo pródigo del hormigón armado, que favoreció que los edificios ganaran en altura, una característica que, junto a la abundancia de luz en los interiores, distinguió al Art Decó.

Entre las obras más representativas del estilo Art Decó se cuenta la residencia de Juan de Pedro Baró y Catalina Lasa en Paseo 406, entre 17 y 19 en el Vedado habanero, construida en 1927 (que también se considera la primera el debut del estilo en la Isla) y donde todavía se aprecian elementos típicos del Eclecticismo.

Sin embargo, el clímax del Art Decó en la mayor de las Antillas se alcanzó en 1930 con la construcción del imponente Edificio Bacardí  (Monserrate 261 esquina San Juan de Dios, en la Habana Vieja), que muchos consideran como una obra maestra del estilo en Cuba.

El edificio Bacardí, a juicio de uno de los más distinguidos historiadores de la arquitectura en Cuba: «Tiene todas las características del estilo: énfasis en la verticalidad; decoración aplicada sobre la fachada con piezas de terracota; perfil en forma de ziggurat; un cromatismo que había estado ausente desde los tiempos coloniales; y una torre muy diferenciada, rematada por un murciélago, símbolo de la firma».

Aunque muchos han criticado al Art Decó señalando su carácter acrítico este estilo abrió las puertas a las corrientes más modernas de la arquitectura en la Isla y revolucionó las formas y técnicas de la construcción que en la década de 1950 llevarían a los arquitectos cubanos a figurar entre la vanguardia del mundo.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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