Silvio Leonard, el cubano que no fue campeón olímpico por una cabeza

lunes, 26 de agosto de 2019

El hecho de que Cuba no de velocistas parece una contradicción cuando se mira por encima del hombro. Hombres como Enrique Figuerola, Leandro Peñalver y el más grande de todos, Silvio Leonard ya sacaban humo a las pistas cuando Jamaica ni asomaba en el panorama olímpico.

Silvio Leonard soñaba con ser beisbolista

Silvio Leonard nació en Cienfuegos el el 20 de septiembre de 1955. Él llegó al atletismo cubano por mero accidente, pues de niño soñaba con ser pelotero. ¿Quién se imaginaría que llegaría a revolucionar este deporte en Cuba?

Así, pasó a convertirse en el velocista más ilustre de todos los tiempos en la Isla. Tres oros en los juegos panamericanos, una plata olímpica en los 100 metros planos y los récords vigentes en los 100 y 200 metros planos en Cuba, son cartas de presentación súper elocuentes. Estas hablan de su calidad contrastada en el atletismo al mayor nivel posible.

Hasta hoy, continúa siendo el único cubano que ha conseguido bajar de los 10 segundos en el hectómetro al marcar 9.88 en la Copa América de Guadalajara en 1977. Asimismo, casi batió los 20 en los 200 metros al detener los relojes en 20.06 segundos durante el Mitin de Varsovia en 1978.

Estos récords llevan 40 años mirando desde el olímpico a los sprinters cubanos. Tal como van las cosas en nuestro atletismo, en la velocidad, todo parece indicar que permanecerán allí otros 40 años más, siempre que se les acerque alguien de la mayor de las Antillas.

El error de Leonard en los juegos olímpicos

Leonard estuvo, incluso, a punto de convertirse en el único cubano en ganar un oro olímpico en los 100 metros planos. Lamentablemente, cometió un error táctico fatal.

Estaba ganando la carrera pero se puso a mirar a los lados para ver al que venía detrás y perdió tiempo. Además, entró parado y aunque hizo el mismo registro que el inglés Allan Wells -quien hizo la competencia de su vida-, al llegar a la meta metió la cabeza, lo que definió el oro en el fotofinish.

Así perdió Silvio Leonard su oportunidad de llevar a sus vitrinas un oro olímpico… por una cabeza.

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