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Félix Isasi: La inteligencia sobre un terreno de pelota

Jugar pelota requiere agilidad, fuerza, talento, explosividad… Los que cuentan con estos atributos suelen triunfar en el deporte de las bolas y las strikes. Pero, si además, se cuenta con inteligencia y maña, como las que poseía a raudales Félix Isasi, entonces se está en camino de ser una súper estrella.



Isasi nació en Pueblo Nuevo, en la ciudad de Matanzas, muy cerca del Palmar de Junco, el 18 de agosto de 1945. Prefería el baloncesto al béisbol, pero sus 5.9 pies y el pesar menos de 160 libras le convencieron de que nunca podría abrirse camino en una cancha y optó por el diamante.

Sin embargo, esa pasión por los encestes le acompañaría siempre. Cuando ya era un pelotero consagrado solía irse a jugar con los jugadores del equipo Cuba de baloncesto, todos amigos suyos, que iban a recogerlo al estadio.

Llegó temprano a la pelota del primer nivel y con apenas 18 años debutó contra uno de los mejores pitchers de Cuba, el Cobrero Manuel Alarcón, a quien le pegó par de hits en cuatro turnos. Suficiente para que los que todos los que conocían algo de béisbol se fijaran en él. A partir de ahí todo fue en ascenso, pues Isasi era buen bateador, fildeador, veloz e inteligente.

A pesar de que debutó a lo grande y fue séptimo de los bateadores no se le incluyó en el equipo Cuba que participó en los Juegos Centroamericanos de Puerto Rico. Pero esto no lo desanimó y siguió mejorando hasta que se hizo un fijo dentro de la selección nacional.

En la década del 70 conformó, junto con Wilfredo Sánchez, Rigoberto Rosique, un poderoso tridente de bateadores que sería conocido como “los tres mosqueteros” y que hicieron grande al equipo de de la provincia de Matanzas.

Gran robador de bases, Isasi se hizo célebre por esconder la bola y poner out a más de un contrario distraído. Costumbre a la que no le encontraban mucha gracias los contrarios que le regalaron más de un pelotazo intencional.

Su talento fue también apreciado por los cazadores de talentos, que en sus viajes fuera de Cuba le ofrecieron atractivas posibilidades económicas. Pero en aquella época no “desertaba” nadie… o casi nadie. ¿Quién sabe qué hubiese hecho con semejante talento en Grandes Ligas?

 

Escrito por | Redacción TodoCuba

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