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Fallece otro recién nacido en el Hospital General Docente Enrique Cabrera de La Habana

Una bebé de 11 días de nacida murió el pasado 8 de noviembre en el Hospital Enrique Cabrera conocido como Nacional, el mismo donde cercano a esa fecha murió otro pequeño también en circunstancias no aclaradas.



La madre de la niñita, Roxana Periú Ramírez, afirma que hubo negligencia y falta de recursos médicos para atenderla en el parto y pide justicia.

En declaraciones a Cibercuba de la joven desconsolada se conoció que “la bebita se llamaba Emily y nació a las 39 semanas de gestación con 4,200 gramos de peso y más de 50 cm de largo, según el ultrasonido que le realizaron a la madre al momento del ingreso, un día antes de nacer la pequeña”.

Según la observación de un médico, era una niña muy grande para que naciera por un parto natural, dice la madre.

“A modo (de) comentario me dice que yo difícil que pariera, que debería ser cesárea, pero eso quienes lo decidían eran los ginecólogos de preparto porque la niña era muy grande y yo nunca había parido”, explicó la joven en su testimonio.

En la madrugada del 28 de octubre comenzó su via crucis para parir.

“En preparto estuve sangrando más de lo normal, tenía muchos dolores, no podía estar sentada, estaba incómoda, y el sangrado no paraba, la sangre me chorreaba por las piernas. Sobre las 7:00 a.m. la doctora Claudia me rompe la fuente y estaba en 7 [centímetros] de dilatación, pero dice que hasta que no llegara a 10 no podía parir”, dijo.

La cubana permaneció a la espera de dilatación prácticamente si ser atendida, pero al entrar el nuevo equipo médico de guardia sobre las 11 de la mañana, otro doctor le hace un reconocimiento.

“Yo le empiezo a decir de que no aguantaba más, que ya yo tenía que parir… Cuando me reconoce me hace un torniquete y me ayuda a llegar a 10 [centímetros] de dilatación y le dice a la doctora Misuqui (sic) que yo podía parir. Enseguida gritan ¡parto! y me llevan para el salón de parto. Ahí es cuando empieza el sufrimiento”, contó.

En el proceso, más doloroso aun a la madre cubana le practicaron “la maniobra de Kristeller que consiste en apretar a la embarazada por las costillas, y presionar hacia abajo para conducir al bebé al canal de parto”, un procedimiento que se considera caduco a días de hoy.

“Yo pujaba lo más que podía. Me decían ‘aguántate las piernas y échalas para atrás’, y así lo hacía, pero aun así la doctora Misuqui decía que no podía salir. Lógico: la niña era muy grande, pero eso nunca lo tuvieron en cuenta. Vienen dos enfermeros y se me encaraman arriba en la barriga para hacer fuerza para que saliera la niña; me picaron cantidad, me desgarraron el cuello del útero, y por otro lado la doctora Misuqui seguía diciendo que no podía. Tuvo que venir el doctor Pablo y ayudarla. Hasta que lograron sacarla”, explicó Periú.

Tras ese largo periodo su hija nació viva pero “con falta de oxígeno y en shock”. Además de lesiones debido a la violencia obstétrica empleada en el trabajo de parto.

“Sí me sacaron a mi hija viva, pero estaba morada. Hubo que reanimarla porque no lloró. Sufrió traumatismo perinatal, le ocasionaron una parálisis braquial en el brazo derecho, de tanta fuerza que le hicieron a mi pequeña para sacarla”, reveló.

Tras el nacimiento la bebita fue internada en terapia hasta que murió.

“A mis familiares no se la querían enseñar, mi mamá les cayó atrás para poder verla, y solo le enseñaron su carita… Todos los días me decían un diagnóstico diferente de la niña, primero parálisis braquial, luego una bacteria en el estómago y le tenían suspendida la vía oral. Hizo una acidosis metabólica, la entubaron, trastorno en los electrolitos, dificultad respiratoria, la transfundieron dos veces, un hematoma en la suprarrenal derecha y el hígado inflamado”, dijo la cubana.

Luego de 11 días, la pequeña entró en paro cardiaco y falleció el 8 de noviembre, según la explicación de los neonatólogos a la madre, la autopsia dictaminó que fue muerte por enfermedad.

Desesperada la madre deja todas las interrogantes que la atormentan:“Pero mi pregunta es ¿cuál enfermedad? Si mi hija estaba bien. Todos los ultrasonidos perfectos, yo jamás dejé de ir a una consulta. Simplemente que esos asesinos ginecólogos me la acabaron por dentro, y todo por no hacerme cesárea porque supuestamente no había recursos para hacerme cesárea, según me dijo una neonatóloga. La bacteria la coge en el salón de parto porque eso no lo limpian, falta de higiene, no hay de nada, yo quisiera saber qué hace el presidente con todas las donaciones”, cuestionó.

Escrito por | Redacción TodoCuba

Fuente: TodoCuba

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