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Ermidelio Urrutia, el estelar pelotero cubano que demostró que el físico no lo es todo

Ermidelio Urrutia es uno de los mejores peloteros que han pasado por las Series Nacionales de béisbol de Cuba. De aspecto enjuto, ningún conocedor de la pelota le hubiera augurado futuro como jugador y mucho menos hubiese sospechado que Ermidelio sería capaz de dar jonrones dignos del más grande de los sluggers.



El nacido en Macagua 8 se encargaría de echar por tierra todos los pronósticos que aseguraban que no llegaría a nada y demostrar que cuando sobra coraje y talento el físico no determina.

Para asombro de técnicos y aficionados, Ermidelio consiguió a fuerza de estacazos en sólo su segunda temporada con el quipo de Las Tunas convertirse en el cuarto bate de la novena.

Desde allí se catapultó a las Selectivas con Orientales y Mineros y luego a la selección nacional, a la que fue llamado por primera vez en 1987 por la confianza que le inspiraba al director José Miguel Pineda.

Nunca más dejaría el de las Cuatro Letras y con él se consagraría campeón mundial en Parma 1988, Edmonton 1990 y Managua 1994; olímpico en Barcelona 1992; centroamericano en México 1990 y Ponce 1993 y Panamericano en La Habana 1991 y Mar del Plata 1995. También ganó un par de Copas Intercontinentales: La Habana 1987 y San Juan 1999.

Aunque nunca pudo ganar un título con Las Tunas, sí dejó marcas envidiables con esa novena que permanecieron inamovibles hasta que apareció en otro tunero extraclase con su mismo apellido ilustre, Osmany Urrutia.

En total Ermidelio promedió con Las Tunas 310 en 16 Series Nacionales, pegó 1 558 hits, impulsó 865 carreras y dio nada menos que 221 jonrones, una cantidad a la que ni se han acercado otros peloteros cubanos mucho más fornidos que él. Prueba de que Ermidelio a pesar de su físico fue un slugger de consideración es que se agenció los lideratos de jonrones en dos temporadas: 1990 y 1991.

 

Escrito por | Redacción TodoCuba

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