
El final de Clara y Mario, el dúo romántico de Cuba
jueves, 10 de octubre de 2019
Regla. La Habana. Lunes, 12 de mayo de 1980. 11 am. En el hospital Miguel Enríquez fallecía, rodeada de sus familiares y amigos allegados, Clara Morales. Clara formó, junto a Mario Rodríguez, uno de los dúos más famosos de la historia de la música en Cuba y Latinoamérica. Clara y Mario, el dúo romántico de Cuba.
Otras leyendas de la música
Sus voces se inscribieron junto a nombres que hoy son leyendas:
- María Teresa Vera y Lorenzo Hierrezuelo,
- Los Hermanos Bermúdez,
- Los Idaidos,
- Las Capellas,
- Hermanas Romay,
- Hermanas Junco,
- Sindo Garay y su hijo Guarioné,
- Celina y Reutilio,
- Hermanas Martí,
- Cabrisas Farach,
- Los Compadres,
- Mirta y Raúl y
en la arena internacional Irizarri de Córdoba en Puerto Rico: Los Dinámicos y Juan y Junior de España y las archiconocidas chilenas Sonia y Miriam. La noticia corrió veloz. No solo el ultramarino pueblo de Regla, toda Cuba sintió el dolor.
El gran dolor
La radio, la televisión y la prensa escrita se hicieron eco del mensaje luctuoso. “Murió Clara”, repetía la voz popular, solo pronunciar el nombre era suficiente para saber de quién se trataba: la intérprete de:
- Cuenta Conmigo
- Si en un final,
- Mañana puede ser,
- Has llegado tarde,
Boleros que llenaron el ámbito musical de la década prodigiosa cubana, dijo adiós.

Los signos de la enfermedad se hicieron manifiestos años antes, pero guardó silencio ante el mal que le corroía las entrañas, quizás con la secreta esperanza de que “todo pasara”. Cuando ya no pudo ocultarlo acudió al médico. El Dr. Evelio Cabezas, a la sazón un joven ginecólogo, quedó espantado.
El galeno, fiel admirador de su arte, se negaba a aceptar la realidad. Compartió con Mario, en su consulta, varios días después los resultados de los exámenes. Se le diagnosticó un cáncer uterino muy avanzado, sin posibilidades ya para una intervención quirúrgica.
Clara y Mario: el dúo dinámico de Cuba
Corría el año 1975 y se inició para Mario una nueva etapa en su carrera. Las nuevas circunstancias ponían a prueba su fina sensibilidad. Le prohibió a Clara las giras, le quitó los compromisos en los cabarets por el ritmo de trabajo que implican. Siguieron presentándose en la radio y la televisión porque estos medios requieren de menos esfuerzos.
En momentos relevantes Clara acompañaba a Mario a las presentaciones y sentada entre el público disfrutaba la actuación. Esto le valió que él consiguiera que por las características propias de un dúo a ella se le respetara el salario de forma íntegra hasta su muerte.

Es ese el momento en que sus seguidores comienzan a sospechar. Clara no canta y prevaleció la idea de que la enfermedad era en la garganta. Por las cosas propias de la época murió sin saber la verdad.
La muerte de Clara
De nuevo la vida interrumpía la trama artística y humana en el capítulo más importante, como si quisiera preservarla de la corrupción y del olvido.
Así sucedió con:
- Benny Moré,
- Rita Montaner,
- John Lennon,
- Selena, Rocío Jurado,
- Polo Montañés,
- Rocío Durcal,
- Aida Irizarri…
El pueblo que tantas veces vio cruzar la rada a Tania Castellanos y a Coralia Fernández extrañaría ahora sus pasos. Clara y Mario, por el ir y venir de 30 años a la ciudad próxima, estaban prendidos al panorama de la bahía como El Emboque, La Colina Lenin y El Cristo de la Habana.
Su sepelio constituyó duelo popular. La funeraria del pueblo de Regla, lugar donde se rindió homenaje a Roberto Faz, otro paradigma de la música cubana, se hizo pequeña para acoger la multitud y fue necesario trasladarse hasta el liceo.
A las tres de la tarde cerraron los comercios y se invirtió el sentido de circulación de las calles para dar paso a la marea humana que acompañó el féretro. Desde los balcones y las azoteas de las casas los reglanos lanzaba flores, “parecía una lluvia” evocan muchos.
La despedida
Entre la muchedumbre el rostro triste de:
- Mario,
- el pesar de Omara Portuondo,
- Alfredo Rodríguez,
- Annia Linares,
- Mirta Medina,
- Raúl Gómez,
- Rosita Fornés,
- Armando Bianchi,
- Elena Burke,
- decenas de artistas,
- compañeros de trabajo,
- familiares y
- amigos
amigos que la acompañaron con paso lento hacia su última morada.La directora de cultura e historiadora del pueblo de Regla reseñó, entre canción y canción las cualidades personales de la cantante. La emoción cargada de dolor hizo que Germán Pinelli no pudiera terminar la despedida del duelo que tuvo que ser concluido por otra gloria de nuestro ámbito artístico, Enrique Santiesteban. ..
”Cuando se trata de despedir a artistas como Clara –expresó- se secan los labios, brotan las lágrimas a raudales, se entristece el alma. Adiós. Los que te acompañamos hoy reconocemos tu arte depurado y elegante, arte que entregaste a todos con amor. Gracias por alegrarnos la vida tantos años”…
La tristeza del pueblo era manifiesta. La muchachita humilde y sencilla que vieron nacer y corretear por el pueblo, llegó a ser una artista cuya popularidad trascendió los límites de nuestras fronteras.
La amaban porque la fama no pudo con su bondad aún en los momentos en que eran suyos los primeros lugares en las listas de la popularidad en Cuba y las noticias de los éxitos del dúo venían constantemente de allende los mares.
Ella seguía siendo la misma que lavaba con toda sencillez los platos de la fiesta adonde era invitada de honor, siempre dispuesta a la entrega y al servicio de los demás.
Al cerrarse el último capítulo de su vida sorprendió una vez más a todos: “¡Miren, miren! –exclamó con los fijos en la lejanía. ¡Qué flores más lindas!, ¡Y Qué colores tan bellos!, ¡Qué luces tan hermosas!”.

La enfermedad de Clara
De esos días, Isora, su amiga inseparable recuerda:
Durante la enfermedad sus compañeros del ICRT no la abandonaron. Cepero Brito y su esposa iban todos los días a Regla a verla. Ella estaba muy malita ya cuando Elena le llevó un diploma y tuvimos que preparar a la Burke para el encuentro. Clara se alegró muchísimo y Elena con ese carácter jocoso que tenía la hizo olvidar por un momento el dolor y reírse a carcajadas. El día de su muerte, aún en el hospital, todos querían verla.
La noticia corrió rápidamente por el centro hospitalario y sus alrededores. Los médicos, enfermeras y otras personas que empezaron a llegar, se agolpaban en la puerta. Entonces decidimos cerrar el cuarto y no dejamos a los curiosos entrar hasta que no la maquillaran, no queríamos que nadie la viera en ese estado. Para eso vino Tony, su maquillista, que la quería mucho, la adoraba y la arregló.
Las personas que llegaron al pueblo de Regla
La primera persona que llegó hasta Regla fue:
- Omara Portuondo,
- Elizabeth D Gracia,
- Mercedita Valdés,
- Fausto Durán,
- Pacho Alonso,
- Sindo y María Elena,
- Rosita Fornés y
- Armando Bianchi,
- Elena Burke… y otros que el paso de los años borran de mi memoria.
Ese día entrar al cementerio se convirtió en una verdadera odisea. Por ejemplo, recuerdo que Sindo, el compañero de María Elena traía un ramo de flores precioso y lo perdió en el forcejeo de las gentes por hacerse un espacio entre las bóvedas.
Yo llevaba asido del brazo a “Vitico”, Victoriano, el hijo más pequeño de Clara, que en medio de todo aquel barullo gritaba “¡Cuidado, que van a matar a mi otra madre!”

La última guardia de honor la realizaron Pacho Alonso, Carlos Moctezuma, Cepero Brito y Centurión. La radio y la televisión le rindieron el homenaje merecido. Ciertamente tiempo después, y en varias ocasiones. Del mismo modo preguntaron a Mario por qué no formó otro dúo, la respuesta fue siempre la misma: Porque Clara era insustituible.
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Escrito por | Redacción TodoCuba
Fuente: Archivo TodoCuba
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