
Música popular cubana: Entérate de Dos siglos de historia
jueves, 22 de agosto de 2019
Nuestra música popular cubana es hoy por hoy una excelente embajadora. El mérito le vine junto con la conformación de la nacionalidad y es uno de los genuinos productos del ajiaco cultural.
De la música que hacían los aborígenes cubanos se conoce poco. Solo han llegado hasta nuestros días referencias al areíto, especie de romances o rimas cantadas y bailadas.
El núcleo fundamental de la música popular cubana en la Mayor de las Antillas se encuentra en la que vino de España con los colonizadores y la trajeron los esclavos de África.
Ambas se entrecruzaron, mezclaron y cocinaron en el cálido ambiente tropical, para generar el rico abanico de la música cubana. De la Madre Patria llegó la guitarra y del Continente Negro los tambores.

De aquí surgieron nuevas sonoridades que acompañaron el proceso de conformación de una nueva entidad cultural, que ha continuado su evolución, tomando y decantando de otros ritmos, y por supuesto, aportando la música universal.
Si hacemos un poco de historia, la mayoría de los musicólogos coinciden en decir que La Ma´Teodora fue la primera pieza musical cubana de la que se tiene referencias y se interpretó en Santiago de Cuba a fines del siglo XVIII.
Una parte de esa composición dice así: « ¿Dónde está la Ma´Teodora?/ Rajando la leña está. Con su palo y su bandola. / Rajando la leña está. ¿Dónde está que no la veo?/ Rajando la leña está».
Así nació el son, en la zona rural del Oriente cubano como expresión genuina del mestizaje cultural, que muy pronto invadió la isla para representarnos como nación.
El nuevo ritmo se aplatanó a las diferentes regiones del país y allí plantó bandera bajo diferentes denominaciones: sucusucu en la entonces Isla de Pinos y changüí en la zona de Guantánamo.

Al propio tiempo que ocurría este proceso en el campo, nuestros salones se preparaban para un hecho trascendental: el surgimiento del danzón con «Las alturas de Simpson», en la Matanzas de 1879.
La orquesta de Miguel Faílde tuvo a bien en legarnos el que es hoy nuestro Baile Nacional.
El son, el danzón y la guaracha, se abrazaron con el pueblo que los hizo populares.

De esta relación nacieron el chachachá en los años 50 del siglo XX con Enrique Jorrín y el mambo con Dámaso Pérez Prado. Un poco después aparecen el mozambique, el ritmo pilón hasta llegar a la llamada timba.
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Escrito por | Redacción TodoCuba
Fuente: Ramón Zamora Crespo
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