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Lavanderas del Río Toa
Ismael Francisco

Lavanderas del Río Toa, tradición que pocos conocen

¿Imagina lavar su ropa sin la ayuda de una máquina? Pues esta es una de las escenas más comunes en los alrededores de Baracoa. Las lavanderas del Río Toa siguen la vieja tradición y se sumergen en el agua, hasta la profundidad escogida, para lograr mejores resultados.

Tradición de siglos



Yadira camina con destreza, la cesta de ropa sucia a la cabeza. Va apurada por la vereda. Baja camino a la orilla del río. Pronto llegarán sus amigas, como todos los días. Las aguas cristalinas fluyen serenas. Pronto la ribera se llenará de color, cuando las mujeres pongan la ropa a secar al sol.

Mujeres lavanderas del Río Toa
Mujeres lavanderas del Río Toa. Fuente: OnlineTours.

Igual lo hicieron la madre y la abuela de Yadira. Por siglos, decenas de mujeres lavan cada día la ropa, la de la familia ahora, antaño también la de los patrones. No lo hacen porque no tengan una lavadora moderna. No, es que así queda más limpia, aseguran…

Aún subsiste la ancestral costumbre. Fuente: LeniaCuba.

Con una paleta golpean las prendas de vestir. Con la paleta el sucio sale con más facilidad. Así lo vieron hacer y así lo repiten. Es una tradición centenaria.

El lavado no es solo una necesidad, en el río se encuentran las amigas. Yadira se reúne con Celia y Maritza para ponerse al día con las novedades del pueblo. Lavar en el río es toda una fiesta.

La paleta saca mejor el sucio. Fuente: LeniaCuba.

Una tabla de madera se usa para repasar la ropa, es el «lavadero». Si, en la casa de Yadira hay agua, pero lavar en el Toa es mejor. Allí también se puede coquetear con los hombres. Ellos se acercan con la excusa de lavar la motocicleta, preparar un ajiaco a la orilla del río o darse un chapuzón. Es común enamorarse de alguien que se conoció en el río.

Jabón en las manos, la lejía al alcance para blanquear las camisas, una cacerola sobre un fogón improvisado, los niños jugando en el agua, los gritos, las risas y los juegos hacen ver que el trabajo, aunque es duro, es más divertido cuando se comparte con las amigas y la familia. La alegría de las cubanas se baña en las aguas cristalinas del Toa.

Lavar en el río es una fiesta Fuente: LeniaCuba.

Como hijas de Oshun

En Cuba, los descendientes de africanos veneran al orisha del agua dulce. Las lavanderas llevan sus ofrendas al río y le piden sus favores, como si fueran hijas de Oshun. Las abuelas van al río acompañadas por sus hijas y sus nietas. Las niñas se divierten jugando en el agua mientras van aprendiendo de sus madres una tradición que continuarán. Las mujeres enjuagan camisas y enjabonan pantalones ante las risas de las pequeñas.

La “danza”, un ritual que realizan colocando la ropa en una palangana, dura aproximadamente cinco minutos. Según ellas, este baile es más efectivo para remover la mugre que lo que puede hacer la lavadora más moderna. Después sumergen las prendas en las frescas aguas del río más caudaloso de Cuba, la fábrica de agua de la isla

Aseguran la ropa con piedras para que no se la lleve la corriente. Fuente: LeniaCuba.

Las mujeres seguirán lavando, aunque luego duelan las rodillas, la cintura y sobre todo los nudillos, gastados de frotar el jabón. Para protegerse del sol inclemente llevan un pañuelo en la cabeza, o al menos una gorra. Pero el sol es bienvenido, pues les ayuda a secar rápidamente la ropa lavada.

En el río la ropa queda más limpia. Fuente: LeniaCuba.

Las lavanderas pintan con colores las orillas del Río Toa

Lugareños y extraños vienen a observar la rutina de las mujeres. El colorido fascinante de la ropa tendida sobre las piedras o sobre las plantas se queda en la memoria. Es el Toa que se viste de colores con la ropa de las mujeres de Baracoa. Pintores y fotógrafos han inmortalizado la escena una y otra vez.

Antes del mediodía, ya Yadira sube la cuesta de regreso a casa con su cesta cargada de ropa limpia.

Siempre que una madre le pida a su hija que la acompañe a lavar al río, se estará perpetuando la añeja costumbre. El arte del lavado en las dulces aguas del Toa, el coqueteo con los hombres que bajan al río a darse un baño, es un patrimonio de Baracoa, del Toa y de sus lavanderas.

Las lavanderas prefieren lavar en el río Toa que con lavadora
La faena es dura. Fuente: LeniaCuba.

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Escrito por | Redacción TodoCuba

Fuente: Archivo TodoCuba

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