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Torre eiffel
Jacques G. / Pixabay

¿Sabías que Santa Clara tuvo también su propia torre Eiffel?

Era febrero de 1895 y Cuba estaba revuelta y en todas partes se comentaba que era inminente un alzamiento contra el poder español. En Santa Clara, los pobladores estaban también agitados pues se acababa de inaugurar el alumbrado eléctrico en la ciudad. Como parte de las celebraciones, se construyó una réplica de la torre Eiffel de París que se colocó en medio del parque sobre el Obelisco de los sacerdotes Juan de Conyedo y Francisco Hurtado de Mendoza.

Tiempo atrás, la benefactora de Santa Clara, Marta Abreu, había solicitado al Ayuntamiento el permiso para instaurar una planta eléctrica que permitiera sustituir el alumbrado de gas.



Una vez concedido el permiso, la planta se edificó en las inmediaciones de la estación de ferrocarriles y los trabajos del alumbrado, incluida la maquinaria, le fueron concedidos a una reconocida empresa francesa. En febrero de 1895, todo estuvo listo y el pueblo de Santa Clara quiso agradecer a su Benefactora con un gran homenaje en el parque central de la ciudad. Sin embargo, las autoridades españolas, conocedoras que se respiraba insurrección decidieron suspender los festejos.

Una réplica a escala de la torre Eiffel

Los cubanos no renunciaron y engalanaron la Plaza Mayor con arcos de triunfo y los escudos de los municipios de la provincia de Las Villas. No obstante, lo lo que realmente deslumbró a los santaclareños fue la réplica a escala de la Torre Eiffel que se colocó en el centro del parque.

Esta Eiffel cubana fue obra del ingeniero natural de la ciudad Ramón Cornelio Berenguer, quien la modelo con yeso a un costado del teatro La Caridad. Tenía 28 metros de alto y siete en la base. Para hacerla más hermosa aún, las damas de Santa Clara la decoraron con 25.000 flores de papel y le colocaron bombillos eléctricos en el centro.

Las autoridades españolas paranoicas por la insurrección en ciernes presionaron para que se destruyera la réplica pues creían que con ella se podían comunicar los conspiradores por medio de señales.

A pesar de esto estuvo en pie varias semanas, hasta que, una vez comenzada la insurrección, Marta Abreu partió y se exilió en París, Francia, a la sombra de la verdadera torre Eiffel. Nunca más regresaría a Cuba.

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Escrito por | Redacción TodoCuba

Fuente: Archivo TodoCuba

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