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¿Sabías que la CIA y el FBI identificaron al menos 30 espías entre los cubanos que llegaron a los Estados Unidos en el éxodo del Mariel?

En el momento en que el torrente de refugiados del Mariel inundaba la Florida, agentes del FBI, la CIA y la policía, ayudados por exiliados cubanos, hicieron apresurados esfuerzos para detectar a los espías, los desertores de alto nivel, los criminales y las personas con problemas mentales.



Los funcionarios involucrados en ese esfuerzo poco conocido admiten que el proceso era muy a menudo caótico porque se trataba de muchas personas que llegaban demasiado rápido.

«Era como administrar un Burger King», comentó el agente retirado del FBI George Kiszynski, quien participó en el esfuerzo.

No obstante, durante el éxodo del Mariel hace 30 años, y en los meses que siguieron, los agentes y sus jefes en las oficinas centrales consiguieron una serie de valiosas pistas de inteligencia.

Entre 20 y 30 refugiados del Mariel fueron identificados como posibles espías cubanos, dijo un ex alto oficial de contrainteligencia de Estados Unidos que se ocupó de parte del asunto. No quiso dar más detalles y pidió conservar el anonimato porque no estaba autorizado a hablar sobre el tema.

Otros que participaron en la investigación reportaron haber detectado a dos ex oficiales del ejército cubano que aseguraban haber manipulado armas químicas en Cuba, así como a uno de los traductores de Fidel Castro.

Entre 20 y 30 refugiados del Mariel fueron identificados como posibles espías cubanos

Un oficial retirado del Ejército de EEUU dijo que las entrevistas a recién llegados que habían servido en las fuerzas armadas cubanas permitieron al Pentágono elaborar su primera lista de las unidades militares de la isla y su ubicación.

Irónicamente, media docena de cubanos que declararon voluntariamente al FBI que les habían permitido salir por el Mariel sólo si prometían trabajar para la inteligencia de La Habana a su llegada a la Florida, acabaron siendo sospechosos de posibles intentos de infiltrarse en el FBI, según funcionarios.

No todos los detectados por los investigadores eran gente importante. Un angolano que había estado preso en La Habana fue descubierto haciéndose pasar por cubano, dijo Sergio Piñón, un agente retirado del Departamento de Policía de la Florida.

Aunque los cuatro ex investigadores entrevistados hace años por la prensa estadounidense no pudieron dar una descripción general del proceso, recordaron su trabajo en dos puntos críticos: Cayo Hueso y el centro de recepción en la sede de la Miami Youth Fair (Feria de la Juventud de Miami).

En la Feria, los recién llegados iban primero a una línea de mesas en las que habían unos 20 agentes del FBI y la CIA además de policías estatales, condales y municipales, explicó Piñón, mientras exiliados voluntarios observaban la muchedumbre en busca de gente importante.

Los criminales y los enfermos mentales se podían detectar muchas veces gracias a su cabello corto, tatuajes y comportamiento, recordó.

Pero el esfuerzo inicial de detectar a otros de más interés no tomó más allá de unas cuantos trucos.

«Teníamos un montón de expedientes falsos y los mirábamos como si lo supiéramos todo sobre la persona que estábamos entrevistando. Como en Cuba el gobierno lo sabía todo, ellos se creían realmente que nosotros también lo sabíamos todo», añadió.

No todos los detectados por los investigadores eran gente importante

Los hombres solteros, y todo el que admitiera haber trabajado para la Seguridad del Estado, fueron sometidos a un escrutinio especial. Los expedientes de todos los sospechosos se enviaban a la unidad de contrainteligencia del FBI en Miami, agregó.

En Cayo Hueso, no se asignó permanentemente agentes del FBI u otras agencias a la investigación, y una buena parte del trabajo fue hecho por voluntarios exiliados, aseguró Arturo Cobo, veterano de la Bahía de Cochinos que organizó a los voluntarios.

«Nuestro deber principal era brindar a los recién llegados comida y agua. El lado de la inteligencia fue relegado a un segundo lugar porque sabíamos que cuando ellos llegaran a otros lugares serían investigados más a fondo», afirmó el coronel retirado del Ejército Juan Armando Montes, quien estaba destacado en Cayo Hueso en esa época.

Los recién llegados del Mariel, sin embargo, llenaron cuestionarios que preguntaban en qué unidad de las fuerzas armadas y dónde habían pasado el servicio militar obligatorio. La inteligencia militar estadounidense estableció luego la primera lista relativamente completa de esas unidades, declaró Montes.

No existe evidencia alguna de que ninguno de los posibles espías cubanos detectados como resultado de la estampida fuera encausado legalmente en los Estados Unidos. En esa época, los especialistas en contrainteligencia preferían vigilar en lugar de arrestar a agentes cubanos de poca monta, sabiendo que sólo serían remplazados.

El ex agente del FBI Kiszynski amplió que, de todos modos, él pensaba que insertar espías en el éxodo del Mariel no había sido «un tema importante para Fidel Castro».

En un momento del 1978, Castro se jactó ante un visitante de que él contaba con 300 agentes sólo en el sur de la Florida.

«El había colocado espías por todo el sur de la Florida y todo Estados Unidos desde que empezó» a gobernar Cuba en 1959, agregó Kiszynski. «El no necesitaba la estampida del Mariel».

Escrito por | Redacción TodoCuba

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