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Recorriendo la Calzada de Diez de Octubre que se nos fue (+ Fotos)

La que hoy se conoce como la Calzada de Diez de Octubre, nace en la Esquina de Tejas como una prolongación de la Calzada de Infanta. Luego se extiende hasta el Entronque de La Palma, donde se bifurca en la Calzada de Managua y la Calzada de Bejucal, atravesando, enlazando o delimitando en su trazado las barriadas o repartos del Cerro, Santos Suárez, La Víbora, Luyanó, Lawton, Sevillano, Santa Amalia, Apolo, Víbora Park y Barrio Azul. Es la calzada más grande de toda Cuba.



Cuando desaparecieron los tranvías con sus rieles y tendidos eléctricos, en la década de los 50, era transitada por numerosas rutas de ómnibus y con gran movimiento vehicular. La engalanaban salas de cine, tiendas de todo tipo, panaderías, dulcerías, librerías, bodegones, restaurantes, cafeterías, farmacias, joyerías, un importante sanatorio (La Purísima Concepción, conocida como la Quinta de Dependientes) y estaciones de policía.

En los bajos del Registro Civil estaba enclavada la panadería y dulcería de Toyo y el bodegón del mismo nombre. Estas dieron el nombre a una de las esquinas más bulliciosas y activas de La Habana, punto de cruce de los ómnibus que se desviaban hacia la Calzada de Luyanó y de los que continuaban, en una u otra dirección, por la Calzada de 10 de octubre.

Es la calzada más grande de toda Cuba

Cerca de la calle Tamarindo, el característico olor del café que provenía del tostadero llegaba a todos los alrededores, llegando hasta la Casa de Empeños, la farmacia y la pequeña tienda y fábrica de zapatos de piel en la acera de enfrente, después de la calle Municipio.

A derecha e izquierda se encontraba la cadena de tiendas hasta llegar a la Loma de la Luz, que todos asociaban con la Calzada y la nombraban igual, por la iglesia parroquial de Jesús del Monte existente en ella, y el alto paredón que aún la oculta, hasta desembocar en los múltiples comercios establecidos en el espacio comprendido entre la Loma de Chaple, final de la calle Lacret y comienzo de la Avenida de Dolores.

Al cine Tosca, en la acera de enfrente, acudían los niños de más de doce años motivados por las películas francesas e italianas donde se mostraban desnudos ligeros, algo insólito en las norteamericanas de entonces, que proyectaban los cines del Circuito Carrerá.

Nace en la Esquina de Tejas y se extiende hasta el Entronque de La Palma

Se observaba la arquitectura de las residencias de la clase media que se aparecían más ricas y progresistas, de amplios portales con columnas hasta alcanzar, siempre cuesta arriba, el Paradero de La Víbora, donde terminaban sus recorridos los tranvías y entraban en la nave de mantenimiento para iniciar de nuevo sus viajes.

Con la desaparición de los tranvías, se convirtió en el Paradero de los Autobuses Modernos. Al lado, la calle que conducía a los Institutos de La Víbora y Edison.

Hoy es apenas un recuerdo de su pasado

Junto a la línea férrea, donde dejaba y tomaba pasajeros el tren, el mítico Café Colón y, enfrente, la Cremería Santa Beatriz, una moderna planta pasteurizadora de leche. Luego, viviendas dispersas, algunas ya con patios traseros, frutales y jardines, como indicando el término de la ciudad abigarrada de casa contra casa y el comienzo del entorno campestre, el cual se extendía hasta el Crucero de La Palma, con su famosa fábrica de hielo, y continuaba por las Calzadas de Managua y de Bejucal. En ese tiempo, a partir de la Avenida de Acosta, la calzada asfaltada era estrecha, con amplios parterres y árboles a ambos lados.

Hoy se mantiene siendo una de las calzadas más importantes y más transitadas de la capital cubana, rodeada de un gran comercio y de dísimiles negocios tanto estatales como particulares.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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