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Rafael María Portuondo: ejemplo de los jóvenes santiagueros que se alzaron en armas el 24 de febrero de 1895

Rafael María Portuondo Tamayo (1867-1908) fue un abogador que sirvió de ejemplo a los jóvenes santiagueros que se alzaron en armas el 24 de febrero de 1895, combatió dignamente hasta el último día de la guerra.



Rafael se pronunció en armas en Alto Songo con el mayor general Guillermo Moncada quien, gravemente enfermo, logró el alzamiento simultáneo de veteranos mambises y de nuevos combatientes orientales.

Martí depositó su confianza en Portuondo, quien constituye uno de los pinos nuevos convocados para desarrollar importantes tareas de organización durante los preparativos de la guerra independentista.

Desde 1893 lo designó Delegado del Partido Revolucionario Cubano (PRC) en Santiago de Cuba, como figura principal en la esfera civil, en apoyo del veterano mambí Moncada, jefe militar de la provincia oriental.

Nacido en Santiago de Cuba, el 21 de marzo de 1867, a la edad de 23 años estuvo comprometido en 1890 en la conspiración llamada la Paz del Manganeso, organizada en ocasión de una visita a Cuba de Antonio Maceo, la cual fracasó.

TRAYECTORIA DE PORTUONDO TAMAYO

Bisoño combatiente en 1895, peleó a las órdenes del coronel Victoriano Garzón, en Ramón de las Yaguas, Arroyo Hondo, El Cristo y Jobito, y del general Jesús Rabí y el mayor general Bartolomé Masó, en el combate de Aguas Claras.

El primero de junio de 1895 fue nombrado auditor del Departamento Oriental, la primera de las diversas tareas que desempeñó y, en septiembre, secretario de relaciones exteriores del primer Consejo de Gobierno Cubano de la Guerra del 95, presidido por Salvador Cisneros Betancourt.

También ocupó interinamente la Secretaría de Guerra, en el segundo semestre de 1896, y un año después fue designado inspector del Departamento Oriental por el mayor general Calixto García.

Se destacó en las labores constitucionales; asistió como delegado a la Asamblea Constituyente de Jimaguayú, celebrada del 13 al 18 de septiembre de 1895, que redactó una carta constitucional, ratificó al General en Jefe y nombro un Lugarteniente general.

En ese foro representó al Primer Cuerpo de Ejército, en unión de Joaquín Castillo Duany, Mariano Sánchez Vaillant y Pedro Aguilera.

Fue secretario de la mesa ejecutiva y a los debates llevó la tesis maceista partidaria de la centralización de poderes, a favor del ejército, la cual fue desechada en bien de la unidad.

Se acordó un gobierno que aunase a los poderes ejecutivo y legislativo, sin interferir en el aparato militar.

Como parte del gobierno, participó en el acompañamiento de la columna invasora de Maceo desde Mangos de Baraguá hasta Ciego de Potrero, en Sancti Spíritus, del 22 de octubre al 5 de diciembre de 1895.

Viajó al extranjero por voluntad gubernamental para coordinar la ayuda exterior; y el 30 de mayo de 1896 condujo a Cuba una expedición de 67 hombres y armamento en el vapor Three Friends, la cual desembarcó en la Playa El Cargado, Bahía de Baconao, Oriente.

En agosto de ese año propuso al Consejo de Gobierno un proyecto para instrumentar la representación de Cuba en el extranjero, y después de su aprobación, fue creado el Departamento de Expediciones.

Con las fuerzas mambisas tomó parte en el sitio de Santiago de Cuba, en el verano de 1898, y se licenció en abril de 1899.

Al concluir la guerra actuó de fiscal de las audiencias de Oriente y Camagüey.

Delegado a la Asamblea de Representantes de la Revolución Cubana (de Santa Cruz del Sur y del Cerro), presidió la Comisión Ejecutiva.

Integró la Asamblea Constituyente de 1901, durante la cual votó contra la Enmienda Platt, impuesta por Estados Unidos a la naciente república cubana.

De capitán el 24 de febrero de 1895, ascendió sucesivamente a comandante (29 de junio), teniente coronel (14 de septiembre de ese año); coronel (30 de mayo de 1896); general de brigada (19 de diciembre de 1897) y general de división (2 de agosto de 1898).

Fue representante a la Cámara por la provincia de Oriente (1902 a 1908) y su último acto público importante tuvo lugar el 24 de febrero de 1907 cuando los restos de José Martí fueron colocados en una sencilla tumba de cemento y mármol en el cementerio Santa Ifigenia, de Santiago de Cuba.

El general Portuondo pronunció un emocionado discurso, en una ceremonia a los acordes de música fúnebre, en que se le rindió a Martí honores de mayor general muerto en campaña.

Las balas respetaron la vida de Rafael Portuondo en más de tres años de guerra, pero murió a la edad de 41 años, en Mayar, el 15 de julio de 1908, por los disparos de la mano asesina de un desequilibrado mental.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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