¿Quién fue Ramón Castro, el hermano mayor de Fidel y Raúl que se mantuvo alejado de la cúpula del poder en Cuba? (+ Fotos)

viernes, 10 de agosto de 2018

El parecido físico de Ramón Castro con su hermano Fidel Castro era asombroso, quizás los dos hermanos más parecidos de toda la familia Castro, algo que muchas veces le valió que los confundieran. Pero realmente quién fue Mongo, como era conocido el mayor de los hermanos.

Ramón Castro siempre fue el guajiro de la familia más poderosa de Cuba en los últimos 60 años, el que se mantuvo más apegado al campo y al sector agrícola, al que siempre estuvo vinculado desde diferentes puestos, incluido el de responsable de varias empresas agropecuarias y su cargo más importante en la política fue el de asesor del Ministro de Agricultura.

Los que lo conocieron señalan que Mongo Castro era un hombre cercano y dicharachero, como se suele decir: un guajiro sato. Siempre vestía con su sombrero vaquero y nunca ocupó un papel político de importancia ni durante el proceso revolucionario ni después de logrado el triunfo en el año 1959, a diferencia de sus hermanos Fidel y Raúl.

Nació en el pequeño pueblo oriental de Birán, en la antigua provincia de Holguín, el 14 de octubre de 1924. Fue el segundo de los siete hijos que tuvo el matrimonio que formaron la cubana Lina Ruz y el inmigrante gallego Ángel Castro. En su infancia, Fidel y Mongo fueron muy unidos, y el fallecido líder comunista lo comentó en uno de sus libros, publicado hace años: «Ramón siempre andaba conmigo, estábamos asociados en todo tipo de aventuras, casi como si fuéramos mellizos. Éramos más o menos contemporáneos, aunque él era un poco mayor que yo. Hacíamos travesuras en la escuela, juntos en lo bueno y en lo malo…»

Fue el primero en ser enviado a estudiar a las escuelas católicas de Santiago, en los Hermanos Maristas y con los Jesuitas, mientras sus hermanos Fidel y Raúl viajaron a la capital cubana para realizar sus estudios, donde terminaron involucrados en la lucha contra Batista. Ramón, al contrario, regresó a la finca de Birán para ayudar a su padre en el manejo de su finca; una haciendo que llegó a tener más de 1000 hectáreas y que suministraba caña a las principales compañías azucareras estadounidenses de la región.

Tras el asalto al Cuartel Moncada, Ramón Castro fue detenido, pero no estuvo nunca involucrado de forma directa con la sublevación armada. «Ramón colaboró algo en lo del Moncada —pero no en la lucha por el socialismo…—. Él no sabía lo que íbamos a hacer, pero yo sí le di a entender que estábamos en actividades revolucionarias contra Batista, y él era antibatistiano», señaló Fidel Castro en su libro de memorias, Guerrillero del tiempo.

Mongo jamás salió de Birán hasta el triunfo de la Revolución, pero nunca perdió el contacto con sus hermanos revolucionarios. Cuando estaban en prisión, tras su regreso del exilio en México, Ramón organizó una red de suministros de armas y víveres para la guerrilla del Segundo Frente Oriental Frank País, que dirigía su hermano Raúl en las montañas de Sierra Cristal.

Tras el triunfo de la Revolución no ocupó ningún cargo político de relevancia, aunque continuó vinculado a la agricultura, sobre todo en las áreas del cultivo de la caña de azúcar y la ganadería.

Su proyecto más importante fue la dirección del Plan Especial Genético de Valle de Picadura, ubicado al este de La Habana, dedicado al desarrollo y cría de ganado mayor de alta producción lechera.

Durante la visita a comienzos del 2000 del presidente del Consejo de Negocios Cuba-Florida, Parke Wright, se le pudo ver acompañándolo con su sombrero vaquero de ala ancha, en lo que se convertiría en la primera compra de reses realizada a un ganadero estadounidense desde 1959.

De carácter afable, buen humor, jovial y campechano, «Mongo» Castro gustaba de vestir guayabera blanca y sombrero, y aunque nunca vistió uniforme militar, ya entrado en años, su barba con canas le daba un mayor parecido a Fidel.

Cuando su hermano Fidel cayó enfermo en el año 2006, y ante los rumores de su muerte, Mongo bromeó en una entrevista ofrecida al diario español El País: «Nuestro padre murió a los 82 años de una hernia estrangulada. Los gallegos somos gente dura, hay Castros para rato»… y vaya que fue así pues falleció el 23 de octubre del 2016, a los 91 años de edad.

Es recordado por algunas de sus curiosas políticas, como la de importar vacas de Canadá que jamás lograron aclimatarse a los campos cubanos, por lo que se hizo necesario construir costosísimos establos dotados de aire acondicionado y que solamente podían ser sacadas a pastar en la noche.