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La trepidante historia de William Morgan, el estadounidense que ostentó los grados de Comandante de la Revolución Cubana y terminó fusilado

El Gobierno de Cuba siente una especie de veneración por sus “Comandante de la Revolución” que hicieron caer a Fulgencio Batista… pero no por todos. A William Morgan, por ejemplo, no lo mencionan nunca, a pesar de que el estadounidense fue uno de los tres extranjeros que junto al Che Guevara y Eloy Gutiérrez Menoyo lució en sus hombros la estrella dorada de comandante.



William Morgan alcanzó el máximo grado del Ejército Rebelde como parte de las fuerzas que operaban en el centro de la Isla bajo el mando de Menoyo y que constituían el Segundo Frente Nacional del Escambray (SFNE). Tras el triunfo de la Revolución el 1ro de enero de 1959 se opuso a la cada vez mayor influencia de los comunistas en los destinos del país, lo que lo llevó a ser arrestado, acusado de ser agente de la CIA y fusilado en los muros de la fortaleza de La Cabaña.

Un “aventurero” americano

La historia de la vida de William Alexander Morgan es la de un verdadero “aventurero” americano, al estilo de los que colonizaron el lejano oeste en el siglo XIX.

Nacido en Ohio, en el seno de una familia católica y republicana de clase media, pronto demostró ser carismático y brillante; pero demasiado rebelde para llevar una existencia tranquila.

Contra la voluntad de sus padres abandonó la escuela e ingresó en el ejército de Estados Unidos. Su estancia allí fue poco feliz pues nunca se adaptó a la disciplina castrense, lo que provocó que fuera dado de baja deshonrosamente en 1950, llevado a una corte marcial y condenado a prisión y trabajos forzados por varios años.

Tras salir de la cárcel intentó buscarse la vida como pudo: fue tragafuegos en un circo en la Florida; cobrador de deudas, guardia a la entrada de un bar y hasta delincuente de poca monta en su ciudad natal de Toledo, Ohio.

Fidel Castro junto a William Morgan antes que las contradicciones ideológicas se hicieran insalvables entre ellos

En medio de esa vorágine de vida conoció de la insurrección en Cuba y decidió trasladarse a la isla caribeña para incorporarse a la guerra contra Fulgencio Batista. Había encontrado un sentido para su vida.

Su experiencia militar resultó muy útil para el SNFE que llegó a ser una importante fuerza militar de unos mil hombres en las montañas del centro de la Isla. Al triunfar la Revolución el 1ro de enero de 1959 el yanqui Morgan ya ostentaba los grados de comandante del Ejército Rebelde unificado.

Sin embargo, su suerte cambió rápidamente cuando el nuevo Gobierno de la Isla se deslizó rápidamente hacia el comunismo y entró en un enfrentamiento directo con los Estados Unidos.

Del pedestal de los héroes al paredón

Olga Rodríguez, una humilde campesina que lo conoció en las montañas del Escambray cuando curaba los heridos del SFNE y se casó con él en plena guerra, recuerda la última vez que lo vio el 31 de diciembre de 1960 en las mazmorras de La Cabaña.

“Fúgate”, fue lo único que le dijo Morgan a su esposa, conocedor de que su suerte ya estaba echada. Había sido acusado de ser agente de la CIA y de estar organizando un levantamiento contra el Gobierno de Fidel Castro. «Me quitó la gorra, me dio la mano, me abrazó con cariño… Yo me enamoré desde que lo vi… Era alto, precioso», recuerda la mujer.

William Morgan junto a su familia poco antes de ser detenido y ejecutado

Al otro día ella logró eludir a sus vigilantes y se refugió en la embajada de Brasil. Sin embargo, no pudo cumplir la petición de su esposo de escapar y fue detenida cuando intentaba liberarlo el mismo día en que habría de ser fusilado. Pasó 12 años en prisión.

William Morgan por su parte fue fusilado la noche del 11 de marzo de 1961. El “Yanqui Comandante” se negó a arrodillarse frente al pelotón y fue baleado en las rodillas para hacerlo caer antes de darle muerte. Casi 60 años después su familia sigue reclamando al Gobierno de Cuba que repatríen sus restos a los Estados Unidos.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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