fbpx

La olvidada leyenda del bobo de Cárdenas que se hizo rico vendiendo agua

Una vieja leyenda matancera que ilustra muy bien que a veces a los tontos la suerte les sonríe es la del bobo de Cárdenas que se hizo rico vendiéndole agua a sus paisanos.



Cuentan que a inicios del siglo XIX vivía en esa urbe un hombre que tenía fama de ser medio bobo, por lo que el único trabajo que encontraba era el de cuidador de rebaños de chivos a cambio de un plato de comida en las noches.

Un día en que se encontraba en el monte con los animales descubrió angustiado que una chiva parida se había apartado del rebaño por lo que se intrincó en la manigua para buscarla. Horas y horas empleó el pobre bobo hasta que distinguió unos berridos que parecían provenir debajo de sus pies. Allí estaba la chiva con sus crías en una cueva subterránea y allí bajó el bobo a buscarla auxiliado por una soga.

Fue entonces que descubrió asombrado que por el interior de la caverna corría un río subterráneo. Probó el agua y resultó tan buena que decidió tras devolver la chiva a su dueño abandonar su trabajo de pastor y dedicarse al oficio de aguador en Cárdenas.

Comenzó con unos cubos, luego compró un carromato y por último llegó a poseer toda una flota de carros con la que comercializaba el agua en Cárdenas y los pueblos de los alrededores. Cada vez que sus paisanos le preguntaban de dónde la sacaba se hacía el bobo y respondía que venía del “Paraíso”.

Con el tiempo se hizo un hombre muy rico y respetado. Ya nadie lo tomaba por bobo. Así que, en su lecho de muerte decidió confesar a los cardenenses de dónde venía en realidad el agua del “Paraíso”.

Este fue el postrer regalo del bobo a los habitantes de la ciudad que, años después, canalizaron el río y lo convirtieron en el primer acueducto de Cárdenas.

Escrito por | Redacción TodoCuba

Patrocinado por: CubitaNOW - Noticias de Cuba