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La historia del curioso misil de gases tóxicos que pudo cambiar el curso de la Guerra Hispano – Cubano – Norteamericana

Los alemanes han pasado a la historia como los primeros que usaron las armas químicas durante la Primera Guerra Mundial. Sin embargo casi 20 años antes un militar e inventor pudo haber cambiado el destino del mundo si su plan de destruir la armada de Estados Unidos con gases tóxicos durante la Guerra Hispano – Cubano – Norteamericana se hubiese visto coronado con el éxito.



El inventor de marras se llamaba Manuel Daza Gómez e intentó venderle al alto mando español la idea de fabricar una especie de proyectil cargado de gases tóxicos para aniquilar las dotaciones de los barcos enemigos (y de paso capturárselos de paquete). Esta especie de misil o torpedo de al que puso el nombre de Tóxpiro (buen marketing el del hombre) cambiaría, según Daza, el curso de la guerra y daría una ventaja decisiva a lo poco que quedaba de la armada real sobre la yanqui, que ya había mandado a dormir con los peces a las escuadras de Montojo y de Cervera.

“Para acabar la destrucción de la escuadra americana, necesita solamente un exiguo gasto y pocos días. ¡Ojalá el invento, preocupación de España entera y en particular de Yecla, interesada más en ello por los vínculos de cariño que la unen con el célebre inventor, sea el hierro vengador de los marinos de Cavite y Santiago de Cuba!», decía por esos días un entusiasta, exaltado y patriotero periódico de Murcia, la tierra del inventor.

La base del arma de Daza se encontraba en el uso de la electricidad y contaba con un número ilimitado de disparos y podía disparar proyectiles de todos los calibres… Nada, el arma definitiva.

Según el hermano del inventor, un año antes de que Estados Unidos entrara en guerra con España (pero cuando ya casi todos sabían que era cuestión de tiempo que entrara) Daza presentó su invento al ministro de Guerra quien “quedó impresionado” y dicen que ordenó facilitar todo lo necesario para que el murciano desarrollara su invento.

Sin embargo, o la burocracia española se demoró mucho en otorgar los recursos o la terrible arma de Daza no era tan terrible, pues la guerra llegó, España la perdió y del Toxpiro nada.

Manuel Daza_creador del tóxpiro

Aún así, afirman algunas fuentes que durante la contienda se realizaron algunas pruebas de su efectividad: A un par de infelices caballos los montaron en una barcaza, le cayeron a “toxpirazos” y después comprobaron que, efectivamente, habían estirado la pata, pero sus cuerpos estaban intactos, por lo que supusieron que el arma debía servir.

De allí llevaron el arma a Madrid, donde los resultados no fueron tan buenos. La guerra en Cuba había terminado y España sólo contaba con la escuadra de Cámara para hacerle frente al inmenso poderío naval de los Estados Unidos. Haber intentado atacar a la escuadra americana con el Toxpiro hubiese sido la mayor burrada de la historia naval y el león ibérico encontró más prudente rendirse y olvidarse de lo que quedaba de su imperio colonial en América y Asia.

Además, lo que obviaban (a propósito o no) los defensores del arma de Daza era que su Tóxpiro no alcanzaba distancias superiores a los cien metros, por lo que para bombardear con ellos la escuadra yanqui hubiesen tenido que sorprender a toda la oficialidad y la marinería de Estados Unidos durmiendo borracha porque si los barcos españoles hubiesen pretendido acercarse a esa distancia en zafarrancho de combate no hubiese llegado flotando ni una cazuela.

Sea como sea, resulta una fantasía interesante preguntarse qué hubiese sucedido de haber cambiado el Tóxpiro el curso de la guerra y España derrotado a los Estados Unidos… Cuba hubiese seguido siendo seguramente española y hasta los alemanes hubiese alguna guerra mundial… Quién sabe.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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