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La desconocida historia del tesoro del Marqués de Guáimaro que aseguran se encuentra enterrado en Trinidad

Entre las abundantes leyendas de la antigua villa de Trinidad en el centro de la Isla perdura la del tesoro enterrado de don José Mariano Borrell y Lemus, Marqués de Guáimaro a quien se le atribuía un fuerte carácter y una despiadada severidad.



Su palacio, que aún se conserva, es una de las joyas arquitectónicas de Trinidad y su inmensa fortuna – que fue la envidia de todos sus contemporáneos –, aseguraban que provenía de los pactos que el marqués tenía con el mismísimo diablo. Para alentar esos comentarios que hacían que todos le tuvieran miedo, José Mariano Borrell tenía colgado un oleo con la imagen de Belcebú.

Relata la tradición que una noche regresaba al marqués a su casa desde un cercano ingenio cuando le dispararon con una escopeta. Respondió con su pistola al agresor y logró herirlo y capturarlo.

Se trataba de un esclavo de su propia dotación al que condujo a Trinidad y en presencia de un juez trató de hacerle confesar quién había ordenado el atentado, mientras él marqués de Guáimaro mismo se desangraba a consecuencias de sus heridas.

Al final supo la terrible verdad. El atentado había sido ordenado por su propia esposa en complicidad con su hijo con el sólo propósito de heredarlo.

Ante tanta maldad provocada por la codicia el marqués de Guáimaro enterró toda su fortuna en un lugar desconocido y enterró a su esposa en una jaula de hierro, donde la mantuvo hasta el final de sus días.

Sin embargo, otros aseguran que en realidad, a pesar de conocer que la mujer había intentado asesinarlo la perdonó, aunque dejó bien claro en su testamento dejó bien claro que no podría encargarse de la educación de sus hijos una vez que él muriera.

Sea cuál sea la verdad, el fantástico tesoro del marqués de Guáimaro todavía anda enterrado por ahí esperando que alguien lo encuentre.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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