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La curiosa historia del flaco y desnudo Quijote de la calle 23, símbolo del Vedado

Si un monumento representa al Vedado, aún siendo relativamente moderno, es el Quijote de 23.



El nombre completo del conjunto que se encuentra en el parque de la intersección de las calles 23 y J es “El Quijote de América”, es obra del artista cubano Sergio Martínez y fue inaugurada en 1980.

Con una vasija de barbero por casco y blandiendo la espada en la mano derecha, el flaco Quijote del Vedado monta sobre un encabritado Rocinante y muestra una belicosa actitud, como si quisiera cargar contra imaginarios molinos de viento.

La factura de la obra, elaborada en la técnica de alambrón soldado, es exquisita; y la decisión del artista de mostrar al Quijote en su desnudez, acertada al 100 %, pues todo él parece hecho de músculos y emoción.

Para algunos la desnudez del Quijote de 23 es una metáfora de que los hombres que nada tienen sólo necesitan de sus convicciones para lanzarse a la conquista de una meta, por difícil que esta parezca y que el ser humano se abre paso en la batalla de la supervivencia sólo con su arrojo y decisión.

El Quijote de 23 es uno de los monumentos construidos en Cuba después de 1959 que ha alcanzado mayor reconocimiento y, lo más importante, se ha elevado a categoría de símbolo de un barrio, algo que muy pocos han logrado.

Esto último ha asegurado su supervivencia, pues la técnica del alambrón soldado, si bien es muy vistosa, sufre con el azote de los elementos y al cabo de mucho tiempo la misma existencia de la obra se ve amenazada si esta, con su trascendencia, no asegura la intervención que revierta el daño.

Suerte que ha tenido el Quijote de 23, que periódicamente recibe el mantenimiento de la Oficina del Historiador de la Ciudad para que el flaco y desnudo Quijote de 23 pueda seguir cabalgando por largo rato.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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