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La calle Muralla, la primera arteria vial de la cual se tiene noticias en La Habana

La primera arteria vial de la cual se tiene noticias en La Habana es la actual calle Muralla. Cuenta el periodista Rolando Aniceto en su libro Los primeros en La Habana, que aparece en un Cabildo de diciembre de 1550. Y fue la primera calle con regulaciones de tránsito, ya desde el siglo XIX.



Para tener una idea de cómo era La Habana en esa época, en 1544 la villa contaba con solo 44 vecinos, a los que hay que sumar alrededor de 200 esclavos, entre negros e indios (aborígenes). En 1553, los avecinados en La Habana apenas llegaban a 60. Con tal volumen de población es lógico que la villa tuviera una vía central, paso al cual los caminantes llamaban calle Real ya en 1598.

Con el tiempo La Habana pasó a ser una ciudad importante, ya que en ella coincidían y almacenaban los tesoros traídos de América y en su bahía se armaban las flotas que luego lo transportaban hacia España. Por ello fue convirtiéndose en una plaza muy codiciada por corsarios y piratas. Y con la finalidad de proteger La Habana se hicieron fortificaciones.

Entre las que se construyeron estaba la Muralla de La Habana. Tenía una extensión de 4 892 metros, 1.40 de ancho y 10 de altura. Se fabricó entre 1671 y 1740. Al principio tenía solamente dos puertas (al final ya tenía 9), que eran la de Tierra y la de la Punta, una daba a los campos aledaños y la otra a la costa.

Por la calle Real se llegaba a la puerta de Tierra, por lo cual se le empezó a llamar calle de la Muralla. Esta calle era la más transitada porque por ella entraban los abastos del campo circundante y salían los vecinos a trabajar fuera. En 1793, el entonces gobernador Luis de las Casas ordenó empedrar esta vía con chinarros y quedó nombrada como calle de la Muralla.

Fue la calle favorita de los comerciantes para montar sus negocios. A mitad del siglo XIX, en la calle Muralla estaban la mayoría de los establecimientos del comercio habanero dedicados al giro de ropas y venta de calzado, así como posadas, librerías, platerías y otras, las cuales producían movimiento constante de personas y tráfico de carruajes y carromatos.

Por ello, las autoridades se vieron obligadas a establecer en la calle Muralla la primera regulación del tráfico en La Habana: transitar en un solo sentido, de este a oeste. Como los establecimientos se alumbraban con gas, estaban abiertos hasta más allá de las 10 de la noche y la sociedad habanera de más poder económico los frecuentaba en quitrines abiertos.

En la década de los 60 del siglo XX la calle Muralla decayó y se deterioró de manera progresiva, hasta que la Oficina del Historiador de la Ciudad llevó a cabo una restauración capital del tramo comprendido entre la calle Cuba y la Avenida del Puerto.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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