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La agitada y curiosa historia del monumento a las víctimas del Maine en La Habana

A lo largo del Malecón se encuentran varios de los monumentos más imponentes de La Habana. Entre ellos destaca el dedicado a las víctimas del acorazado Maine que fallecieron en la bahía habanera el 15 de febrero de 1898 a consecuencias de una terrible explosión.



El Maine había llegado a La Habana en visita amistosa y el Gobierno de Estados Unidos culpó a los españoles de ser responsables de le explosión. Murieron 266 marinos y los norteamericanos le declararon la guerra a España.

En 1926, en plena apoteosis del plan de obras públicas del gobierno del general Machado por el cual fue ampliada la extensión del Malecón, se decidió construir un monumento para honrar a las víctimas del Maine.

El ingeniero Félix Cabarrocas y el escultor Moisés de la Huerta crearon entonces un espléndido conjunto lleno de simbolismos para rendir homenajes a los muertos en la bahía de La Habana durante la explosión del Maine. Como parte del monumento sus creadores emplearon un fragmento de la proa del buque, algunas de sus cadenas y cañones que quedaron en Cuba cuando se reflotaron los restos en 1912 para ser remolcados mar afuera.

Sobre la cúpula del monumento se colocó un águila en actitud de alzar vuelo y mirando al norte y en su base los bustos de los tres políticos estadounidenses que más tuvieron que ver con la Guerra Hispano – Cubano – Norteamericana y las posterior ocupación cubana: William McKinley, Leonard Wood y Theodore Roosevelt. También se agregó una tarja con los nombres de las 266 víctimas de la explosión.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959 las relaciones entre Cuba y Estados Unidos empeoraron y en 1961 las autoridades de la Isla mandaron a retirar los elementos del monumento que pudieran ser considerados como un símbolo del dominio norteamericano sobre la Isla. Así desaparecieron el águila y los bustos, pero se respetaron los demás elementos.

En 2016 el monumento a las víctimas del Maine fue sometido a una reparación capital que le devolvió todo su esplendor, sin restituir, por supuesto, los elementos decorativos retirados en 1961.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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