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Estas curiosidades cubanas te harán gritar ¡Le zumba el merequetén!

Existe en Cuba una frase del habla popular que es muy conocida porque por muchos años era escuchada a diario en la voz de uno de los personajes del hoy desaparecido programa radial Alegrías de sobremesa: «¡Le zumba el merequetén!». Pues estas curiosidades cubanas de seguro cuando las leas te harán gritarla a los cuatro vientos.



Hasta el momento, se estaba convencido de que la guasasa es una mosquilla inofensiva, que sólo llega a fastidiar un poco cuando vuela alrededor de uno. Ah, pero otra es la imagen que entrega el Larousse, y lo cito textualmente: “Guasasa: Mosca peligrosa de Cuba”. O sea, si usted tiene las agallas suficientes como para adentrarse en los campos cubanos, nunca se le ocurra incursionar solo y desarmado. Vaya en grupo, y con un fusil ametrallador de alta potencia. Sí, porque en un trillo o una guardarraya puede salirle al paso una guasasa, ferocísimo monstruo antillano, capaz de rebanarle un brazo, o de decapitarlo inmisericordemente.

La guasasa, una mosca peligrosa de Cuba según el Larousse.

Un hecho algo bizarro pero no menos curioso es el que se cuenta de una cruz de piedra, ya hoy desaparecida en la calle Amargura. Esta fue llamada La cruz de Caravaca y colocada en esa zona por la familia Rojas en 1817 para perpetuar la muerte que hizo un ascendiente de la familia, de una mujer de la cual tenía celos. Cuentan que habiendo pensado que su marido la engañaba salió al encuentro de la mujer y le disparo con una pistola con tiro de sal. Esta sobrevivió y para burlar a la dama se atrevió a decir que solo le habían hecho unos lunares que mejoraban su hermosura. Oyendo esto la ofendida celosa la espero a la salida de la misa y le disparó una segunda vez, pero esta con una bala de verdad que le cobró la vida. La cruz marcaba el lugar donde estuvo recluida la culpable por cometer el asesinato.

Parecida a esta cruz fue la construida para marca la reclusión de la asesina.

Bismarck quiso convertir a los cubanos en alemanes. Sí, Otto Eduard Leopold, príncipe de Bismarck, en materia de expansionismo tenía unas tragaderas insaciables. Unificó a los estados alemanes, arrebatando a Austria el lugar preponderante del cual hasta entonces había disfrutado. Guerreó contra Francia, e hizo morder el polvo de la derrota a Napoleón III. Pero las ambiciones de Prusia no se circunscribían al ámbito europeo. Las apetencias de Bismarck se extendían por encima del Atlántico. Así, el diario neoyorquino The Sun publicó, en 1870, la asombrosa noticia de que Bismarck pretendía comprarle Cuba a España. Por fortuna, la gestión no prosperó, y no tuvimos que aprender alemán.

Otto Eduard Leopold, el hombre que hubiera puesto a los cubanos a hablar alemán.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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