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Eloy Gutiérrez Menoyo, el español que logró el cargo de Comandante en la Sierra Maestra para luego estar 22 años en cárceles cubanas por intentar matar a Fidel Castro (+ Fotos)

De las montañas de la Sierra Maestra, tras el triunfo de la Revolución, solo bajaron tres extranjeros con el rango de Comandantes y Eloy Gutiérrez Menoyo fue uno de ellos. Hijo de republicanos españoles, nació en 1934, que tuvieron que emigrar a Cuba tras la II Guerra Mundial. Su hermano Carlos fue su ejemplo en la lucha contra Batista pues en 1957 dirigió el asalto armado al Palacio Presidencial para intentar ajusticiarlo. En esta acción perdió la vida y todavía hoy es considerado un mártir de la Revolución. En ese momento ya Menoyo tenía 23 años y era propietario de un bar bastante concurrido en el barrio del Vedado, el Eloy´s Club. La muerte de su hermano fue la llama que encendió su rebeldía y a los pocos meses terminó alzándose en el Escambray, donde fundó un frente guerrillero totalmente independiente al que lideraba Fidel Castro en la Sierra Maestra. A Menoyo lo apodaban en Cuba el Gallego por su origen español.



A finales del año 1958, por la fuerza que tomó la guerrilla liderada por Menoyo, Fidel Castro envió a Ernesto «Che» Guevara al Escambray, en la provincia central de Las Villas, para negociar el reparto de las zonas donde actuarían sus tropas. El acuerdo fue difícil y largo, y una anécdota que recuerda lo complicado de estas conversaciones. A la hora de suscribirlo Guevara firmó con su usual «Che», lo que Eloy consideró una falta de respeto y a punto estuvo de romper el trato: «¡Si tu firmas Che yo pongo Gallego y pa´l carajo!».

Gutiérrez Menoyo fundó el Segundo Frente Nacional del Escambray, frente guerrillero independiente al de Castro en la Sierra Maestra.

El acuerdo, conocido como el Pacto del Pedrero, fue sellado finalmente el 1 de diciembre de 1958. Unas semanas después el Che tomaría la ciudad de Santa Clara y Menoyo rindiendo a la de Cienfuegos. El 1 de enero de 1959 fueron sus tropas las que primero entraron en La Habana y rindieron al cuartel de Columbia, considerado el corazón del ejército de Batista. Ya poseía entonces el rango de Comandante y junto a él solo dos extranjeros más lo compartían: el argentino Che Guevara y el estadounidense William Morgan, quien lucho bajo las órdenes del Gallego en los montes del Escambray y terminó fusilado, acusado de pertenecer a la CIA.

Su valor y apoyo a la lucha contra Batista le valió ganarse la nacionalidad cubana, pero las cosas fueron tomando otro rumbo pues desde los primero meses tras el triunfo no compartió la posición radical de la Revolución y terminó escapando en una lancha a Miami a comienzos de 1961, siendo quizás de los primeros en inaugurar esta ruta que luego seguirían muchos balseros cubanos.

Manifestación castrista en La Habana el 5 de marzo de 1960. De izquierda a derecha, en la primera fila: Fidel Castro, Osvaldo Dortico, Ernesto «Che» Guevara, Augusto Martínez-Sánchez, Antonio Núñez-Jiménez, William Morgan y Eloy Guttiérrez Menoyo.

Al llegar a los Estados Unidos estuvo varios meses detenido por su vínculos con la Revolución, para luego rechazar la propuesta de enrolarse en la invasión de Bahía de Cochinos por estar organizada por la CIA y sus integrantes ser en su mayoría batistianos exiliados. Sin embargo, tiempo después fundó y dirigió Alfa 66, el grupo armado anticastrista que más sabotajes y atentados realizó durante años contra la Revolución y sus líderes.

El 28 de diciembre de 1964 desembarcó por la zona de Baracoa, armado hasta los dientes, para luego de un mes alzado ser capturado. «Me pusieron una venda en los ojos y cuando me la quitaron estaba delante Fidel. Me dijo: ‘Oye Gallego, yo sabía que tú volvías, pero también sabía que te iba a agarrar».

Fidel Castro charla con Eloy Gutiérrez Menoyo y William A Morga, en una fotografía datada en La Habana el 14 de agosto de 1959.

Su pena fue de muerte por fusilamiento pero teniendo en cuenta ayuda para lograr el triunfo revolucionario le ganó la posibilidad de ser conmutada por 30 años de cárcel. Así estuvo en cinco prisiones cubanos, entre ellas La Cabaña, El Príncipe, Boniato e Isla de Pinos, a la cual fue trasladado a finales de 1965.

En 1986, habiendo cumplido 22 años de su pena de cárcel, salió en libertad gracias a las gestiones realizadas por el entonces presidente de España Felipe González, quien se encontraba de visita oficial en la isla.

Eloy Gutierrez Menoyo a su llegada a Madrid, procedente de Cuba el dia 20 de diciembre de 1986.

Así partió a Miami, donde entonces comenzó la otra batalla de Menoyo. Volvió a casarse de nuevo, tuvo 3 hijos y en el año 1993 fundó el grupo Cambio Cubano. «Yo no tengo derecho a inculcarles odio a mis hijos por lo que yo sufrí», confesó en una entrevista al diario español El País. Esa misma posición le ganó ser satanizado por el exilio duro, quienes le tildaron de «dialoguero», sobre todo la Fundación Nacional Cubano – Americana.

En el año 1995 ser produce un hecho casi insólito, pues Fidel Castro decide reunirse con él en Cuba. «Si yo me hubiera dejado llevar por el revanchismo le habría reprochado que él me jodió la vida, y él probablemente me habría respondido justificando el pasado. Pero no. ‘No vamos a hablar del pasado, no tiene sentido; hablemos del futuro’, le dije», desde ese momento Menoyo comenzó a reclamarle a las autoridades cubanas un espacio legal para poder hacer oposición desde dentro de la isla… nunca obtuvo respuesta.

Eloy Gutierrez Menoyo, en Madrid, procedente de Cuba en 1986. El disidente se trasladó tiempo más tarde a Miami, donde fundó el partido Cambio Cubano, abogando por diálogo con el régimen castrista.

En uno de sus posteriores viajes con su familia, ya prácticamente ciego, rompió su pasaporte y dijo que nunca más regresaba a Miami: «Me quedo en mi país, que es mi derecho», planteó.

Allí, en la isla por la que luchó, falleció el 26 de octubre de 2012, a los 77 años de edad, enfermo de un aneurisma que lo llevó a la tumba. «Nunca he sido un disidente, yo no me he apartado de la revolución por la que luché. Me considero revolucionario porque sigo creyendo en esa revolución, que no se hizo para que hubiera un partido único. Soy revolucionario porque las cosas en Cuba deben cambiar revolucionariamente, no en 10 o 20 años.», confesó unos meses antes de su muerte.

En el año 1995 ser produce un hecho casi insólito, pues Fidel Castro decide reunirse con él en Cuba.

No logró el espacio político que deseaba, pero para el gallego Menoyo morir en Cuba fue su último acto de entrega y su última batalla.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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