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Descubre las curiosas tradiciones e historias marítimas que esconde la ciudad de Cienfuegos

 



En la bahía de Cienfuegos se encuentra el Muelle de la Real Hacienda que comenzó a gestarse el 7 de marzo de 1841 cuando se asignó el presupuesto para su construcción y se inauguró al año siguiente el 30 de octubre. Este ha sido testigo de muchas de las tradiciones e historias que esconde una ciudad como Cienfuegos, que tanto tiene que ver con el mar.

La obra se debió al ingeniero civil Miguel Villa Rivera y durante el siglo XIX en el hacían escalas los vapores que prestaban servicios entre Cuba, Europa y los Estados Unidos, además de los que entraban a Santiago de Cuba; y desde ese lugar zarparon los últimos soldados españoles de Cienfuegos tras el fin de la guerra con los Estados Unidos.

En 1950 su estado era tan precario que las autoridades del municipio decidieron demolerlo y dos años después construir uno nuevo de hormigón con bancos y luminarias para el disfrute de los vecinos de la Perla del Sur.

El Muelle de la Real Hacienda fue el escenario preferido de los cienfuegueros para el “Entierro de la Sardina”, una costumbre gallega que trajo a la ciudad el alcalde Reinaldo Pinto Vara. A su vera se reunían los cienfuegueros para en las noches contemplar las luces de los camaroneros que pescaban la amplitud de la bahía.

Por casi un siglo las aguas de la bahía fueron testigos de la navegación hacia el Castillo de Jagua  del Juraguá, un buque que llegó a la ciudad en 1893 desde Nueva York y fue retirado del servicio en 1990. Otros barcos como el “Josefita”, “Carila”, “El Pura”, “Reina de los  Ángeles”, “Caridad Padilla”, “Nicolás” y “Arceta” son también muy recordados por los habitantes de la ciudad.

Tanto el Muelle de la Real Hacienda como los barcos que se anclaron a su vera forman parte de la identidad de la ciudad de Cienfuegos, una urbe llena de tradiciones e historias que nacen del mar.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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