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Descubre la historia de Marília Guimarães, la brasileña que secuestró un avión de pasajeros para escapar a Cuba

Durante las décadas del 60 y 70 del siglo pasado se volvió común que simpatizantes de izquierda secuestraran aviones para desviarlos a Cuba. La mayoría huía de la persecución de los regímenes militares latinoamericanos; otros, procedentes de Estados Unidos, lo hacían para escapar de la justicia de ese país. Uno de los secuestros más sonados fue el que protagonizó el 1ro de enero de 1970 la brasileña Marília Guimarães.



A finales de la década de 1960 ella y su esposo formaban parte de un grupo guerrillero que combatía la dictadura militar en Brasil. Al dar con su pista la policía comenzó a hostigarlos, arrestaron a su marido y a ella la interrogaron, aunque no pudieron probarle su vinculación con los movimientos guerrilleros y la dejaron libre.

Ante el peligro que corría, la joven mujer, acompañada de sus dos hijos menores de dos y cinco años decidió escapar del país.

Cruzó la frontera con Uruguay y en el Aeropuerto de Montevideo se encontró con otros cinco complotados para secuestrar un avión.

Mientras un guardia de la terminal, inocente de todo, le cuidaba los niños, Marília introdujo las armas en el avión que llevaba ocultas en una correa ceñida a su cintura.

El secuestro fue noticia a nivel mundial.

Ya en la aeronave los otros secuestradores se fueron acercando a la joven que les entregó las armas. Se hicieron con el control de la nave e informaron a la tripulación y a los 60 pasajeros que el avión se dirigiría hacia Cuba. Una mujer brasileña que viajaba en el avión insultó a Marília y le echó en cara su irresponsabilidad al poner a sus propios hijos en una situación límite.

Aún controlando el avión los secuestradores no podían hacer que se dirigiera a Cuba como le informaron los pilotos, pues se trataba de una aeronave muy pequeña y no tenía suficiente combustible para semejante travesía. Tendría que aterrizar cada dos horas para llenar los tanques.

Así comenzó el periplo del secuestro aéreo más largo de la historia que se convirtió en un grave incidente internacional. El primer abasto se hizo en Buenos Aires, ante el disgusto de las autoridades argentinas; luego en Chile (donde todo fue más fácil, pues gobernaba Salvador Allende); a continuación en Perú, donde el ministro de relaciones exteriores le ofreció asilo político a Marília y sus hijos.

Al negarse, los tanques del ejército de Perú rodearon el avión; pero, finalmente permitieron que continuara viaje rumbo a Panamá. En el istmo los órganos de seguridad panameños trataron de convencer al capitán del avión para que llevara un arma y matara a algunos secuestradores, lo que justificaría el asalto del avión; pero el piloto se negó.

Finalmente el avión partió hacia a Cuba a donde llegó con un motor defectuoso. Llegaron a La Habana el 4 de enero de 1970.

Las autoridades cubanas no deseaban acogerlos, pues venían precedidos de un gran escándalo internacional e insistieron en que se fueran a México, aunque al final aceptaron acogerlos. Marília se estableció en La Habana, donde estudiaron sus hijos.

En 1990, tras el restablecimiento de la democracia regresó a Brasil la mujer que protagonizó uno de los secuestros aéreos más sonados de la historia.

La familia regresó a Brasil en 1980, después de la promulgación de la Ley de Amnistía.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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